Ta Man, último talabartero que sobrevive en Ixtaltepec

El artesano no dejará morir el arte de hacer huaraches, afirma; dará talleres a mujeres , a fin de que el oficio se preserve

Ta Man tiene 50 años de experiencia en el oficio de la talabartería, tanto su casa como su taller se colapsaron con el sismo del 7 de septiembre de 2017. Foto: Roselia Chaca / EL UNIVERSAL
Especiales 25/09/2018 13:41 Roselia Chaca Asunción Ixtaltepec, Oaxaca Actualizada 16:06

Hasta hace exactamente un año,  Martín Toledo Bante y German Toledo Cruz eran los dos únicos talabarteros que existían en Asunción Ixtaltepec, pero el sismo del 7 de septiembre de 2017 mató al primero, dejando a Ta Man, como conocen a German, como el último de su oficio en la comunidad zapoteca.

Ambos aprendieron el arte de elaborar huaraches de piel con Seferino Toledo Trujillo, hace más de 50 años. German comenzó a los 15 años y hoy,  a sus 74 años, busca trasmitir sus conocimientos.

Él está consciente de que el oficio no puede perderse en la población, sus dos hijos, que son maestros, lo ejercen de  vez en cuando, sobre todo  los fines de semana como trabajo  extra;  no obstante,  el artesano prefiere que ajenos a él se interesen por preservar el oficio.

Ta Man trabaja en una galera de lámina que una organización le donó después del sismo, pues su taller se colapsó. Recuerda que casi la mitad de sus cosas se destruyeron, entre ellas una máquina de coser que su papá compró en 1914 y se la heredó; afortunadamente,  logró ser reparada.

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Además de su taller, su casa de tejavana también se colapsó,  pero en su terreno se eleva  una de las casas de lámina que los cristianos menonitas donaron a los ancianos que perdieron su hogar.

El calor es insoportable después del medio día debajo de la lámina, así que  German busca refugiarse  debajo de unos árboles en el patio de su casa, y ahí concluye la mitad de la jornada que comienza a las seis de la mañana  y termina hasta que el sol se oculta.

Él es especialista sólo en elaborar huaraches de piel de chivo y vaca, aunque los tiempos lo llevaron  adaptarse a las modas, así que no se niega a las peticiones de material sintético o  piel de víbora, hace lo que el cliente le pide, pero a veces, refiere, el cansancio por la edad ya sólo le da  paciencia para piezas con plantillas y hormas.

“Con la edad ya es difícil, así que los huaraches más modernos me roban tiempo y al final no lo quieren pagar caro, por eso no los hago, me enfoco sólo en los que siempre he realizado, los de chivo y vaca”, explica, sin dejar de mover las manos sobre una plantilla.

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German elabora tres tipos de huaraches: playeros, tres tiras y cruzados, al día hace hasta cuatro pares, pero cuando era más joven realizaba hasta seis pares. El espacio de comercialización de sus productos son los mercados locales de la región, aunque muchos son pedidos especiales, sus clientes llegan hasta su casa.

Los de piel de chivo, que son huaraches más suaves y casi sin olor, llegan  a costar 450 pesos el par, mientras que los de piel de vaca, un poco duros, cuestan 150 pesos el par al mayoreo, sueltos son más caros porque la inversión es elevada, señala el artesano.

Trabajo de varios días

El proceso para tener todo el material listo dura varios días, dependiendo del secado de la piel y la materia prima que compra con los curtidores de Juchitán,  los únicos proveedores en la región.

El segundo paso es cortar las piezas en el lienzo, para luego  aplanarlas con martillo hasta lograr que se  endurezcan.

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Los huaraches de piel utilizan como suela el recubrimiento de llantas de automóviles, por lo que es un producto que recicla materiales sintéticos.

La tercera etapa comienza con el grabado de dibujos en la piel y el trenzado de la misma en las hormas. Al final se quita el sobrante de llanta y pasa a la máquina de coser; el toque se lo da la pintura.

Después de que en el pueblo se corrió la noticia de que German es el último de su oficio en Ixtaltepec, una organización social que nació tras el terremoto busca implementar un taller impartido por él a mujeres de la zona para que la talabartería no muera.

En Juchitán la talabartería aún se practica; en Unión Hidalgo sólo la trabajan dos personas, en Ciudad Ixtepec y El Espinal ya se perdió, en Ixtaltepec sólo Ta Man se mantiene en el oficio.

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