Central de Bomberos, otro “elefante blanco” de Matías Romero
Patronato acusa obstrucción de autoridades para su funcionamiento; les han bloqueado donativos como una ambulancia

Una ama de casa, tres profesores, un tortillero, un mecánico, un optometrista, un comerciante, un militar retirado y un payaso son los voluntarios del Patronato para Apoyo a Bomberos de Matías Romero, a quienes desde hace ocho años el gobierno estatal les mantiene retenidas una pipa y una ambulancia. Y a quienes se les entregó un edificio que supuestamente vale 5 millones de pesos.
Desde la conformación del Patronato para Apoyo a Bomberos de Matías Romero se luchó por crear un cuartel central, pero fue hasta 2016 cuando se logró que Petróleos Mexicanos (Pemex) donara 5 millones de pesos para su construcción. Para transparentar la ejecución del apoyo, el dinero llegó a manos de la Secretaría de las Infraestructuras y el Ordenamiento Territorial Sustentable (Sinfra), en el gobierno de Gabino Cué.
Esta secretaría fue la encargada del proyecto que se realizaría en tres etapas de las que sólo se logró la primera: un edificio que consta de tres baños, sala recibidor, cuatro dormitorios, estacionamiento y una cisterna. Todo está abandonado desde hace dos años.
Para llegar al edificio rojo y blanco que alberga la Central de Bomberos hay que encontrar un predio enmontado a 50 metros de la carretera Transístmica La Ventosa– Acayucan. En la construcción se nota el deterioro en los techos y las puertas, que se desboronan al tocarlas. No cuenta con un solo mueble y es resguardado por la Policía Municipal para evitar el robo del cable eléctrico, el equipo de baño, el fierro y las ventanas.
Los cuidados son necesarios porque otros edificios también en abandono han sido desvalijados, como el Hospital de Especialidades, construido en la administración de Ulises Ruiz con una inversión de 69.5 millones de pesos y abandonado desde 2009. Este edificio está a unos metros de la Central de Bomberos y ambos se cuentan entre los seis “elefantes blancos” olvidados en Matías Romero.
Huele a estafa
Los integrantes del patronato no han logrado acceder al proyecto arquitectónico, tampoco saben qué empresa es la responsable y mucho menos de la aplicación del recurso, por lo que consideran que la obra se realizó con opacidad y que fueron estafados.
Afirman que no saben siquiera cómo se ejecutaron los 5 millones que donó Pemex y que sólo les indicaron que en este edificio vacío está todo el apoyo. “Esto no vale los 5 millones, hemos traído a constructores, lo han valorado y dicen que a lo mucho vale 2 millones”.
El que habla es Álvaro Ortiz, presidente del patronato, quien asegura que se sienten “heridos” por la forma en la que el anterior gobierno estatal convirtió esta necesaria obra en otro “elefante blanco”.
Los 10 voluntarios coinciden en que las autoridades son el principal obstáculo para consolidar la Central de Bomberos que beneficiará a 150 mil habitantes de siete municipios de la zona norte del Istmo. Como ejemplo mencionan que en 2014 lograron que Pemex les donara dos pipas que fueron dadas de baja por la paraestatal, pero al llegar a Acayucan, el Ejército se las decomisó alegando que pertenecía a un grupo de huachicoleros.
Aunque acreditaron la donación, la aclaración administrativa duró dos años, mientras tanto las pipas estuvieron en el corralón y para rescatarlas tenían que pagar 80 mil pesos; sólo lograron sacar una, la otra permanece ahí.
Lo mismo pasó en 2016, cuando obtuvieron de Pemex una ambulancia usada, que les sería entregada por el gobierno del estado dos días después. La ambulancia estuvo dos años en el estacionamiento de Ciudad Administrativa y de repente desapareció. Nadie da razón del paradero de la unidad.
Trajes remendados
Cuando hay una emergencia, los voluntarios interrumpen sus actividades y prestan el auxilio con una vieja pipa de 200 litros y nueve trajes de bomberos remendados que les donó Manuel Maza Sánchez, director del Cuerpo de Bomberos del gobierno estatal. Los trajes apenas los protegen.
“No cobramos un sólo peso, lo único que buscamos es que la zona cuente con 30 bomberos capacitados y equipo de respuesta inmediata, que se tenga paramédicos y atención pre hospitalaria, pero nada, siguen muriendo personas en accidentes e incendios por la tardía respuesta”, concluye Sócrates Santiago Chiñas, integrante del patronato.