Peinan el Istmo en busca de marino desaparecido
Familiares acusan lentitud de la Físcalía, voluntarios recorren unos 40 km al día
La pared blanca del Centro de Residencia para Artistas Santuario de las Mariposas Utópicas en la Finca Santa Teresa, en Santo Domingo Tehuantepec, se convirtió en una libreta de bitácora que detalla los pasos, acciones y avances del caso del marino zapoteca Bruno Avendaño Martínez, de 35 años, desaparecido el 10 de mayo pasado.
Desde el 11 de mayo, su hermano Lukas, artista y bailarín, convirtió la casa en un centro de operaciones de búsqueda. Además de las paredes pintadas con lugares y fechas, pegó mapas de la zona del Istmo de Tehuantepec, donde va coloreando los perímetros de revisión que han realizado familiares y amigos, así como policías estatales, municipales, federales y marinos.
En la casa contigua, que es de su madre, sobresale el altar de los santos en la sala principal, adornado por veladoras y la fotografía de Bruno. Frente a él han pasado rezadoras, brujos, santeros y adivinos, quienes dijeron en un principio que el hijo menor, el xhuncu, ya estaba muerto, y que recomendaron colocar su ropa y pertenencias. Luego, dieron esperanza y dijeron que Bruno seguía con vida.
Así ha sido desde el día que desapareció, una montaña rusa de emociones. La madre de Bruno y Lukas apenas tiene sosiego y busca en la fe una respuesta a sus plegarias: encontrar a su hijo.
Ella y las mujeres de su familia preparan todos los días la comida para los grupos de buscadores que peinan los 40 kilómetros a la redonda del punto donde desapareció Bruno. La búsqueda inicia a las siete de la mañana en grupos de cuatro a cinco personas que recorren zonas de terracería y canales. En un día llegan a abarcar de 20 a 40 kilómetros.
A la fecha, han peinado todo el centro del Istmo y, hacía al sur, han llegado hasta la zona de la Laguna Superior, ubicada en la costa.
En el patio de la casa están cuatro jaulas de gallos finos, Bruno los criaba como pasatiempo cuando estaba de descanso. Todos coinciden que era reservado, casi no tomaba y en su tiempo libre ayudaba en los plantíos de plátano de la familia.
“Después de ayudar en el huerto de mamá, él se iba con don Goyo a la gravera, propiedad del señor Nino. Dice don Goyo que, de regreso, lo dejaba en el entronque de la carretera Transístmica y la carretera a San Blas Atempa, o el paraje conocido como Los Manguitos, en ese punto fue donde se le vio por última vez”, detalla Lukas.
Su hermano emprendió la búsqueda desde el primer día, a la cual también se han sumado artistas, organizaciones y vecinos.
Fue la lentitud de laFiscalía General de Justicia la que obligó a los familiares y amigos de Bruno a bloquear la carretera Panamericana en Tehuantepec.
Exigen agilidad. Bruno se dio de alta en la Policía Naval General de la Secretaria de Marina desde hace seis años y estaba en su periodo vacacional la semana que desapareció.
Ese 10 de mayo, como todos los días, después de trabajar en el huerto se fue a cargar material de construcción. De acuerdo con testimonios, Bruno fue visto por última vez a las tres de la tarde de ese día por el señor Goyo, operador de un volteo.
Lo vio en el entronque a la zona Huave de la Escuela Secundaria Técnica número 35, entre la carretera Transístmica y un canal de riego en el paraje Los Manguitos, ubicado en el barrio Bixhana, de Tehuantepec.
La familia de Bruno y demás personas que colaboran acusan que la fiscalía no ha agilizado su protocolo de búsqueda, el cual hasta ahora no se ha cumplido en tiempo y forma. Lo anterior debido a que el caso pasó de ser un legajo por extravío a un expediente por desaparición forzada con el folio 2200 (TH) 2018.
De acuerdo a los archivos de la Fiscalía General del Estado de Oaxaca, sólo en lo que va de este año se han registrado 18 nombres de manera oficial en la sección de Personas Desaparecidas, entre ellas el de Bruno.