En 6 meses, van 31 mil solicitudes de asilo
Pese a las redadas, migrantes caminan hasta el albergue de Solalinde, donde ya arrancó el programa de apoyo mensual

Al cierre del primer semestre de 2019, México recibió 31 mil 355 solicitudes de asilo, principalmente de migrantes centroamericanos, de acuerdo con cifras que la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar) compartió con la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur).
Esta cifra es mayor a las 29 mil 648 peticiones que recibió el gobierno mexicano durante todo 2018. Chiapas es la entidad que presenta el mayor número de peticiones con 19 mil 793; le sigue la Ciudad de México, con 6 mil 245 peticiones; luego Veracruz, que incluye a Oaxaca, con 2 mil 851, y Tabasco, con 2 mil 466.
Originaria de Totonicapán, Guatemala, Alejandrina Elizabeth Ajanel solicitó asilo en México para que le dieran la condición de refugiada; sin embargo, fue rechazada por la Comar, al considerar que no reunía los requisitos; el resto de las más de 31 mil peticiones aún está en proceso de aceptación.
Sentada frente al jefe de la recién inaugurada oficina de migración, en las mismas instalaciones del Grupo Beta, ella escucha que le negaron la petición. Primero muestra asombro y después sus ojos se empañan, mientras aprieta con fuerza la pequeña cobija que envuelve a su hija que nació en el Hospital Civil de Juchitán, el 17 de julio.
Aunque no consiguió refugio, Alejandrina recibió del Instituto Nacional de Migración (INM) su tarjeta de Visitante por Razones Humanitarias, que le permitirá vivir de forma legal un año en el país. Y como su hija nació en México, después podrá solicitar la condición de Residente Permanente.
Migrantes becarios
Por el momento, Alejandrina y su bebé Aranza siguen en el albergue Hermanos en el Camino, que fundó el sacerdote Alejandro Solalinde en Ciudad Ixtepec, donde otros 200 migrantes esperan que la Comar resuelva sus peticiones o se inscriban en el programa de Emergencia Social, de la Secretaría de Bienestar.
Según el albergue, son 152 los centroamericanos que ya colaboran en el programa, tanto en el refugio como en el ayuntamiento. Así ocurrió con Mauricio Espinal, un joven de la ciudad de Choluteca, Honduras, quien fue aceptado como becario con un apoyo quincenal de 2 mil 380 pesos.
El viaje desde la frontera sur hasta el albergue no fue fácil, relata Mauricio, quien evadió por veredas las patrullas de la Guardia Nacional y del INM. Después caminó dos días desde Arriaga, Chiapas, hasta Chahuites, Oaxaca, para huir de los marinos y los militares.
“En el camino por los ranchos, sólo comíamos mangos y tomábamos agua de los charcos”, recuerda.
El joven relata que en el poblado Las Palmas que pertenece San Francisco Ixhuatán, junto a 50 migrantes más, huyó de una persecución de agentes migratorios y al llegar a Juchitán fue asaltado.
Mauricio también está en espera de que el INM le otorgue la Tarjeta de Visitante por Razones Humanitarias, mientras tanto, todos los días desde las siete de la mañana hasta las 12 del día, agarra el machete y se va a limpiar la maleza a orillas de las vías del tren, pues es la actividad que le asignaron en el programa de Emergencia Social, tras el convenio que firmó Solalinde con la Federación, para apoyar a los migrantes durante 90 días.
En el albergue también esperan su tarjeta los jóvenes hondureños, Gendy, Juan Francisco y Dany Miguel, quienes fueron rescatados por elementos del Grupo Beta, cuando horas después de ser asaltados en el lugar conocido como La Tembladera, caminaban sobre la carretera Panamericana para librar un retén de la Guardia Nacional.
Pese a que son permanentes los operativos a lo largo de la ruta ferroviaria desde Chiapas hasta Ixtepec, los migrantes siguen llegando al albergue, donde en estos días personal de Acnur realiza entrevistas a los solicitantes de asilo que huyen de la violencia y la pobreza de sus países.