¿Cómo funciona Caminemos, la red de negocios contra el acoso a mujeres?

Mujeres que se encuentren en situaciones de riesgo  pueden entrar y solicitar la  ayuda de personal que fue  capacitado para atenderlas

Estatal 01/03/2020 09:52 Actualizada 09:52

Cuando los miembros de la cooperativa Huizache Arte Vivo de Oaxaca se enteraron del proyecto “Caminemos, red de espacios seguros para las mujeres”, que aglutina a negocios donde mujeres en riesgo pueden reguardarse,  no dudaron en sumarse en lo inmediato.

Desde su conformación, los fundadores de esta empresa de artesanos buscaron constituirse en un espacio abierto a manifestaciones artísticas e iniciativas por el bienestar social, explica uno de los inegrante que omitió dar su nombre.

Así que cuando la asociación civil Consorcio para el Diálogo Parlamentario y la Equidad los buscó, decidieron que se convertirían en un espacio seguro para mujeres:

“Las integrantes vinieron a presentar el proyecto a este negocio. Así nos enteramos. Nos interesó  porque  somos una cooperativa donde están incluidas esposas, hijas y nietas de los socios”, comenta.

El proyecto, coordinado por Elizabeth Mosqueda Rivera, es una iniciativa para apoyar a las mujeres ante la creciente ola de violencia que enfrentan en el espacio público; hasta ahora se han sumado 80 empresas de la capital  y de Santa Cruz Xoxocotlán.

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Su desarrollo cuenta con apoyo del Fondo Canadá y está respaldado en un diagnóstico realizado en Oaxaca, el cual  reveló que  las mujeres padecen acoso sexual verbal, miradas lascivas, pláticas forzadas, exhibicionismo o masturbación pública, tocamiento sin consentimiento, privación del libre tránsito, hasta   incluso  intento de secuestro, entre otros.

La mayoría de estos hechos ocurre entre las 12 y las seis de la tarde, en  55.6%; entre las seis de la tarde y las 11 de la noche,  28.9%, y de las cinco a las 11 de la mañana,  12.7% de las veces.

Además, el diagnóstico indica que 46.5% de las mujeres agredidas ignoran la agresión,  33.1% se paralizaron ante el acoso,  24.6% lograron defenderse y sólo  14.1% pudieron pedir ayuda.

Un 12% solicitó apoyo en un negocio cercano de donde se vivió la agresión: “Los datos nos permiten deducir que las mujeres sufren violencia en las calles y transporte público en horarios que comprenden los traslados a actividades escolares y laborales, lo cual es alto, pues refleja la inseguridad y miedo al que cotidianamente están expuestas”, agrega Carmen Calvo Cruz, también integrante de Consorcio.


Sin preguntas

Consultadas por EL UNIVERSAL, algunas  de las empresas  explicaron que el principal objetivo es que sus instalaciones sirvan como un espacio de resguardo para una mujer que haya sido violentada y ofrecerle apoyo emocional ante una situación de crisis.

“Si  es agredida, que pueda entrar a su establecimiento y sentirse segura. No tanto cuestionar qué  sucedió, sino preguntarle qué necesitas, un vaso de agua o sólo quieres resguardarte en lo que te sientes segura y salir, es el principal objetivo. Decirle ‘ven, aquí estamos y no estás sola’”, detallan.

Para ello, aclara    que recibieron un protocolo de actuación y  se les entregó un cuadernillo con números de emergencia y de sitios de taxi seguro para que, que en un momento determinado, puedan trasladar a las mujeres  víctimas de algún tipo de acoso o agresión, si así lo desean

Además, cada empresa designó a uno o más trabajadores para brindar  la atención, quienes también fueron capacitados. Tras el apoyo emocional que reciba la mujer, la decisión de llamar a la policía, alguna dependencia en específico o algún familiar, la tomará   sólo  quien haya sufrido la agresión.

“La persona inmiscuida es la que decide qué vamos a hacer, decidir si hablamos a la policía, [o decir] sólo requiero cargar un celular y llamar a un familiar para que venga por mí, o si sólo necesito tranquilizarme”, explican uno de los integrantes que  manifesta que lo que buscan, al sumarse al proyecto, es aportar algo.

 “Nos falta que las demás personas no sean indiferentes, a veces, falta tener ese componente de tener confianza porque, desafortunadamente, ya no sabes en quien confiar. Pensamos que aún hay cosas por las cuales luchar y en lugar de preocuparnos, ocuparnos”, comenta.

Para Mariana Altamirano, representante de Ámbar Estudio, otro de los negocios que conforman la red, no hay una mujer que conozca que no haya sido violentada en el espacio público; por ello, considera muy importante que los negocios se hayan puesto de acuerdo y participen en este trabajo de organización.

“Como Ámbar Estudio, somos una iniciativa de mujeres jóvenes para mujeres jóvenes. Está orientado a la salud y consideramos que, si no hay salud física y mental, nuestra gente no puede realizar ningún tipo de actividad, no puede salir libre a la calle”. A pesar de ello, señala que este proyecto aún puede fortalecerse y  que también debe implementarse entre los vecinos.

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