Asesinan a un policía cada 3 semanas en Oaxaca
De 2017 a la fecha van 25 ultimados en Oaxaca; entidad ocupa noveno lugar
Entre los 12 meses de 2017 y los seis meses de 2018 fueron asesinados 25 policías en el estado de Oaxaca: 17 de ellos el año pasado. De acuerdo con esta cifra, en promedio, un policía es ultimado cada tres semanas.
Sólo por las cifras de este año la organización Causa en Común ubica a Oaxaca en la novena posición en el país entre las entidades con mayor número de policías asesinados de enero a julio de 2018. En ambos recuentos, el elaborado por EL UNIVERSAL y el de la organización, no se incluye a guardias de seguridad contratados por empresas privadas.
A la fecha, en lo que va de este año, nueve policías fueron asesinados en el estado; con ese número de crímenes Oaxaca está por debajo de entidades como Guanajuato, Veracruz y Guerrero, pero por encima de estados históricamente violentos como Sinaloa, Tamaulipas y Michoacán.
La lista de Causa en Común la encabeza Guanajuato con 29 policías asesinados, Veracruz lleva 22, Guerrero 20, Estado de México 18, Puebla 15, Ciudad de México 12, Chihuahua 10, San Luis Potosí 10, Oaxaca ocho, Tamaulipas y Michoacán llevan seis cada uno.
En total, en el país han sido asesinados un total de 186 policías en lo que va de 2018; mientras que de acuerdo con cifras de la Comisión Nacional de Seguridad (CNS) en 2017 asesinaron a 561 policías: 51 en el Estado de México, 44 en Chihuahua, 39 en Guerrero, 36 en la Ciudad de México y 33 en Jalisco.
Recuento
Este año en Oaxaca, los asesinatos de policías comenzaron el 13 de febrero cuando fue ultimado Gabriel Vera Melchor, policía municipal de Matías Romero Avendaño, en el Istmo de Tehuantepec, cuando un grupo armado disparó contra la patrulla en la que viajaban con otros agentes.
El 1 de abril asesinaron a René L. M., comandante de la policía municipal de Congregación Gregorio Álvarez, Putla de Guerrero, en la Sierra Sur, mientras que el 21 de abril mataron a Lorenzo Oliver Vásquez Sánchez, cuando un grupo armado irrumpió durante la fiesta de 15 años de su hija en Juchitán, también en el Istmo.
El 18 de mayo Gustavo Reyes Jerónimo, policía municipal de San Francisco Ixhuatán, se sumó a la lista. A él lo asesinaron frente a la comandancia; sus agresores le dieron el tiro de gracia.
Mientras que el 20 de ese mismo mes Juan García y Labias Santiago Delfino, dos elementos de la Agencia Estatal de Investigaciones de la Fiscalía General de Oaxaca, fueron asesinados y sus cuerpos calcinados en San Miguel El Grande, Tlaxiaco.
Dos días después, Guillermo Anaya, policía vial, fue ejecutado en San Juan Bautista Tuxtepec por sujetos que dispararon desde el vehículo en que viajaban.
El 29 de junio, Daniel Hernández Sánchez, elemento estatal, murió durante un enfrentamiento con presuntos huachicoleros, cerca del entronque de la vía Lagunas-Barrio de la Soledad; en el choque murieron dos civiles.
La organización Causa en Común advierte que como sociedad “debemos indignarnos [por estos asesinatos] y exigir castigo para quienes de manera cobarde asesinan a policías. Bien o mal preparados, son los encargados de protegernos y no podemos permanecer indiferentes”.
