Fausto y “Balto”, binomio estrella de Oaxaca que fue al rescate

Un binomio operativo de búsqueda y rescate en estructuras colapsadas está compuesto por un hombre o mujer y un perro

Foto: Mario Arturo Martínez / EL UNIVERSAL
Estatal 02/10/2017 21:26 Christian Jiménez Oaxaca de Juárez, Oaxaca Actualizada 16:56

Tras participar en las tareas de rescate en edificios colapsados de la Ciudad de México, por el sismo de magnitud 7.1, del pasado 19 de septiembre, el binomio de rescate integrado por Fausto y “Balto”, regresó a Oaxaca.

Hasta ahora, es el único equipo en su tipo en la entidad, por ello, el adiestrador indicó que es urgente tomar las medidas preventivas y de auxilio suficientes para hacer frente a los fenómenos naturales.

Entrevistado por EL UNIVERSAL en las oficinas de Protección Civil Municipal, Fausto Martínez Chávez, precisa que un binomio operativo de búsqueda y rescate en estructuras colapsadas está compuesto por un hombre o mujer y un perro.

Los canes son adiestrados para desarrollar funciones específicas como la búsqueda de personas con vida. Existen perros que detectan personas muertas, que hacen rastreo específico de personas o a campo abierto.

“Balto” fue entrenado para salvar vidas. Su compañero de trabajo y adiestrador indica que el pastor belga mallinois de siete años, se especializa en el salvamento de vidas en una estructura; el aroma de personas con vida o sin vida, es distinto; “Balto” fue preparado para hacer esa diferencia.

Aunque Fausto se ha desempeñado en tareas de rescate desde hace 18 años, por su formación como técnico en emergencias médicas, ha trabajado con otros perros de diversas razas como labrador o golden retriever. Para desempeñar las funciones de adiestrador y rescatista, es necesario amar a los animales, resalta.

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El equipo ideal

El criador oaxaqueño Fernando Rivas, quien tiene una escuela perteneciente a la Asociación Canófila Mexicana, apoyó a Fausto a seleccionar a “Balto”, el ejemplar idóneo para trabajos de rescate. Más tarde, acudieron a la Escuela Nacional de Búsqueda y Rescate de la Cruz Roja Mexicana con sede en Guanajuato, donde ambos reforzaron sus conocimientos para trabajar como equipo.

Además de ello, asistieron a cursos de preparación como equipo de búsqueda y rescate impartidos por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), reconocidos por la Asociación Internacional de Perros de Búsqueda y de Rescate, la más importante a nivel mundial.

Sin embargo, Martínez Chávez está convencido de que el adiestramiento no es todo, pues se requieren conocimientos en zootecnia para conocer cuáles son las razas más aptas para realizar las labores de rescate para las que son necesarios.

Para ello, echan mano del condicionamiento positivo operante, acuñado por Pavlov y Skinner, que aportan aspectos teóricos a la formación integral del binomio.

Adicional a ello, cada perro en entrenamiento y trabajo de rescate necesitan alimentación premium, constantes visitas al veterinario y análisis clínicos, vitaminas y suplementos alimenticios, cuyo costo oscila entre los dos mil 500 y 5 mil pesos.

“Cuando acontecimientos como el reciente sismo suceden, los perros de rescate se ponen de moda, pero no por tener un perro de determinada raza, quiere decir que funciona para el rescate, se requiere de un proceso muy largo para que exista un apego muy importante entre el apego y el guía”, resalta y añade que aunque hay entusiasmo de formar perros de rescate, éstos deben cumplir los lineamientos nacionales e internacionales.

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La formación

El rescatista asegura que el conocer aspectos sobre la carga genética en el ADN de los canes, es un elemento útil para determinar las habilidades de cada ejemplar, y aunque los perros mestizos también pueden ser adiestrados, lo recomendable es elegir al papá y la mamá, para que los antecedentes genéticos incidan directamente en la predisposición genética de los cachorros.

Además de condicionar a los perros para poder separarlos a edad temprana de sus camadas, cada perro de rescate requiere entrenamiento que consiste en desplazarse por superficies rocosas e irregulares, con atmósferas ruidosas, para que puedan familiarizarse. Fausto y “Balto” trabajan juntos desde que el can tenía cuatro meses.

El trabajo más importante

Para el guía, la más reciente participación del binomio en las tareas de rescate en la Ciudad de México, ha sido hasta el momento, la más importante de su carrera. Al respecto, recuerda que acudieron a la capital del país por un espacio de cinco días, para el que llevaron alimentación y equipo suficiente.

“Tienes que ir preparado, tener autonomía para el periodo que vas a permanecer en la zona de trabajo. Como equipos o grupos de rescate, no puedes salir de tu delegación o de tu estado para brindar auxilio y no llevar nada, eso es lo que muchas organizaciones no entienden”, lamenta.

El primer operativo en el que participaron, fue en un multifamiliar de seis niveles que colapsó tras la sacudida, desafortunadamente, ya no encontraron personas con vida en el lugar.

Luego, colaboraron en un inmueble derrumbado, en la colonia Narvarte, entre las calles Morena y Pitágoras, en la delegación Benito Juárez, donde, descartaron la existencia de personas vivas bajo los escombros, debido a que se escuchaban ruidos.

Gracias a Fausto y “Balto”, las autoridades de Protección Civil de la Ciudad de México, tuvieron la certeza de que entre los escombros no había personas y que los sonidos se debían a los daños propios del edificio; luego de ello, las instancias correspondientes procedieron a demoler el inmueble, con la certeza de que nadie estaba atrapado en la zona.

Antes de esa labor, Fausto, quien se desempeña también como responsable de la atención a las agencias en Protección Civil Municipal, atendió los daños registrados en colonias del centro de la ciudad, tras las fuertes lluvias, por esa razón, el equipo hombre-perro, no pudo acudir a las labores de rescate en el Istmo de Tehuantepec, tras el sismo del 7 de septiembre.

“Hemos tenido intervenciones descartando la posibilidad de vida en otras contingencias registradas en Nochixtlán por ejemplo o en Sola de Vega, donde se descartó la posibilidad de vida, pero durante esta visita a Ciudad de México, pudimos evaluar realmente el desempeño de ‘Balto’, que trabajó al nivel de los equipos internacionales”, dijo.

La satisfacción de poder colaborar con una causa que ha unido a México, sucede en el mejor momento en la carrera de Balto, quien trabajará en rescates durante al menos tres años más, para después retirarse y convertirse en un perro doméstico.

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Urge impulso

“Si nos ponemos a pensar en el gran riesgo de sismicidad que existe en el estado, es para que tomemos cartas en el asunto, tanto ciudadanos como autoridades, es un tema en el que tenemos que trabajar para evitar tragedias”, añade el especialista en emergencias.

Oaxaca se ha quedado atrás en la implementación de medidas de prevención y acción durante rescates, donde además, hace falta un equipo suficiente de binomios caninos, para actuar durante acontecimientos como los que han sucedido recientemente.

“A 32 años de los sismos del 85 donde surgieron los cuerpos de Protección Civil, se ha avanzado, pero puede llegar un momento en el que nos puede rebasar, por ello, es importante estar preparados en manera preventiva y reactiva”, finaliza.

 

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