Hospitales del Istmo enfrentan desabasto, “no hay ni anestesia para las cirugías”

Laura Ríos Domínguez está angustiada. Debe reunir para este miércoles 50 mil pesos para que puedan practicarle una cirugía a su mamá,  Roberta Domínguez, en el Hospital Civil Macedonio Benítez Fuentes de esta ciudad; el fuerte viento que trajo el frente frío 41 la tiró y le fracturó la pierna izquierda.

“Somos  pobres y nos dicen que aquí en el hospital no tienen medicinas, anestesias, ni clavos para la cirugía. Ni nos querían recibir porque dijeron que no había camas. Mis hermanas salieron a buscar a otros familiares para ver si nos pueden ayudar”, agrega.

La angustia de Laura la comparten cientos de pacientes y sus familias porque, desde antes del terremoto de 2017, años antes de la eliminación del Seguro Popular y la llegada del Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi), la red hospitalaria del Istmo de Tehuantepec ya enfrentaba el desabasto de medicinas e insumos.

Guadalupe Jiménez cuenta que acudió al mismo hospital a preguntar si podrían hacerle una extracción de muela. Le respondieron que sí, siempre y cuando ella compre la anestesia, la jeringa y los medicamentos. Y que pague 300 pesos por el servicio médico. Se decepcionó y se fue. Antes de retirarse le dijeron que debería cubrir 69 pesos por la consulta.

El hospital Macedonio Benítez Fuentes está en paro desde el 21 de febrero pasado.

Los 380 trabajadores, entre médicos y enfermeras cumplieron una semana sin laborar, en protesta porque no hay medicamentos ni insumos.

También, exigen que los Servicios de Salud de Oaxaca (SSO) que paguen la reparación de cuatro elevadores que se usan para trasladar a los pacientes a la planta alta, una vez que salen de los quirófanos, dice a EL UNIVERSAL la dirigente sindical del hospital, Yolanda Sánchez Ulloa.

La red hospitalaria del Istmo, integrada por los nosocomios de Juchitán, Salina Cruz, Tehuantepec, Ciudad Ixtepec, Ixhuatán, entre otros, enfrenta actualmente problemas por el desabasto de medicinas y la carencia de insumos, como jeringas, guantes y gasas.

 “Por esa razón y con mucha pena, nuestros médicos les piden a los familiares de los pacientes que compren lo necesario para las cirugías y la recuperación”, expresa el dirigente de la subsección 2, Lorenzo Carrasco.

En el hospital de Juchitán, por ejemplo, hacen falta antibióticos. Un frasco cuesta 200 pesos. Por ello hay familiares de pacientes con cesárea sin complicaciones que gastan en medicamentos hasta mil 200 pesos por día.

Si la estancia  se prolonga por tres días, gastarán 3 mil 600 pesos y esos gastos lastiman la economía de la comunidad, detalla la doctora Sánchez Ulloa.

Laura, originaria de La Ventosa, una pequeña comunidad zapoteca perteneciente a  Juchitán, gastó, antes de que su madre ingresara al área de urgencias del hospital, 4 mil 500 pesos en tres radiografías que le realizó en un laboratorio particular.  A ello se suma todo lo demás que le requieren tras su ingreso.

“En el hospital no tenemos anestésicos. Si hay una cirugía, la familia del paciente debe desembolsar 500 pesos para adquirir una ampolleta. Por eso paramos nuestras labores. No podemos trabajar sin nada. En estos momentos el hospital tiene una deuda de un millón de pesos a los proveedores y nos dicen que van a surtir las medicinas en marzo y a partir de abril, que ahora  será responsabilidad del Insabi”,  explica Sánchez Ulloa.

Mientras tanto, los pacientes esperan que los SSO paguen la reparación de los elevadores. Ya funcionan dos, pero tanto médicos como pacientes tienen miedo de quedar atrapados como ha ocurrido.

Por ahora, en el hospital de Juchitán sólo hay servicio en el área de  urgencias; todas las cirugías que ya estaban programadas están suspendidas.