El escenario económico aún es incierto para Oaxaca ante la evolución de la pandemia   que, desde hace tres meses, tiene parado al sector productivo y comercial, opina el director de BanOaxaca, Igmar Medina Matus.

Aunque el gobierno federal anunció que se dará paulatinamente el retorno a las actividades; se está en espera de la información de  autoridades sanitarias.  Mientras, la situación económica empeora en diversos sectores. 

Por ello, el   gobierno del estado, a través de BanOaxaca, inició dos programas emergentes para otorgar créditos a micronegocios y a  micro, pequeñas, medianas y grandes empresas, con el  objetivo de mantener a flote los empleos y mover las cadenas productivas.

“No hay dinero que alcance en estos tiempos, para el tamaño de la crisis que estamos viviendo… Es el análisis que nos encontramos, el reto es aterrizar los microcréditos y que estén orientados a las actividades que realmente lo necesiten; todos necesitan pero unos más que otros”, explica Medina.

Uno de los programas implementados es el de Crédito Emergente Covid-19, en el que se realizan préstamos que van de los 5 mil a los 20 mil pesos para micronegocios que estén  en un esquema informal o formal. Para ello, se destinaron 10 millones de pesos y fue  solicitado por  unas 6 mil personas, de las cuales 3 mil 900  cumplieron los requisitos, pero sólo serán beneficiadas mil 200 por los recursos disponibles.

“Lo que nos detiene son los 10 millones de pesos, que es el tope, y la población objetivo  es de mil 200 personas, lo que se hizo fue calcular el promedio de los créditos. Para que tengamos esa cantidad de beneficiarios, debemos  tener un promedio de 8 mil 300 pesos por crédito”.

Cada uno de estos créditos es a una tasa de 5% y con un “periodo de gracia” de cuatro meses para iniciar su pago. Al 29 de mayo, se habían entregado los primeros 2 millones 712 mil pesos a 330 micronegocios.

En el segundo programa denominado Crédito Impulso NAFIN–BanOaxaca se logró crear una bolsa inicial de 258 millones de pesos y está dirigido al sector formal de la economía. También contempla a  micro, pequeñas, medianas y grandes empresas.

Al 27 de mayo se habían otorgado  114.5 millones de  pesos en 80 cédulas y queda una bolsa disponible de 143.4 millones. La intención es alcanzar una bolsa global de 450 millones, pero dependerá de la evolución de los créditos. 

Con estos créditos, detalla Igmar Medina,  se busca no sólo contribuir al sostenimiento de los empleos a través de ayudar  al pago de la nómina de las empresas, sino también que éstas “alimenten” sus cadenas de producción de toda la industria o sector al que pertenezcan, lo cual es lo que sostiene la economía.

La decisión de ampliar los “periodos de gracia” a los beneficiarios de los créditos, menciona el titular de BanOaxaca, fue   para reducir el riesgo de que  estos no paguen la deuda por  la situación económica, aun así menciona que es difícil prever un porcentaje de cartera vencida.

“El objetivo de la colocación de los créditos y los meses de gracia es justo para eso, para apoyar en estos tiempos y previendo el tema de cartera vencida; sin embargo, nos encontramos ante un panorama incierto, no sabemos cómo van a continuar o reactivarse totalmente  las actividades económicas”, finaliza

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