
La competencia da gran batalla, entre los pasillos dinosaurios con luces láser, drones y tabletas cuyos precios llegan hasta los mil 400 pesos, son las ofertas más modernas que llegaron con los pedidos de los más pequeños del hogar. Sin embargo, para don Vicente, el repunte de ventas ha sido constante.
No obstante, admite que este año se esperan bajas ganancias debido a las secuelas que los sismos de septiembre dejaron en el bolsillo de los Reyes Magos. Para coadyuvar a la economía familiar, él y su familia armaron paquetes de trastecitos que incluyen una olla tamalera, un comal, pinzas, exprimidor, una cazuela y otros accesorios, para venderlos en 200 pesos.
Así ha logrado tener un día productivo, pues asegura que hay familias que muestran una preferencia significativa, año tras año por los juguetes tradicionales. Las miniaturas son llevadas a ferias alrededor del estado y en otros países como Guatemala; siempre hay personas que buscan adquirir ese tipo de artículos, ante ello, la familia Linares abrirá un pequeño taller para aumentar su producción.

“Actualmente, todos los juguetes están hechos de plástico… nosotros vendemos algo más tradicional, 100 por ciento mexicano y que contamina menos”, sostiene y añade que los juguetes tradicionales serán llevados a otras ferias en San Pablo Huitzo y localidades del valle eteco.