En Oaxaca, 150 mil infantes nunca han recibido un regalo de Reyes
102 mil niñas y niños en la entidad deben trabajar para subsistir
En Oaxaca viven un millón 187 mil 395 niños y niñas de 0 a 14 años, que representan el 31% de la población de esa entidad. Un tercio de la población total del país, es decir, 40 millones de personas tienen menos de 18 años de edad.
Del total, alrededor de 150 mil viven en pobreza extrema, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Geografía y Estadística, así como del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) y UNICEF.
Infantes que engloban la cifra nunca han recibido un juguete en Navidad o Día de Reyes, pues mientras muchas niñas y niños preparan sus cartas en víspera de la llegada de los Reyes Magos, alrededor de 102 mil deben trabajar para subsistir en Oaxaca; sus ingresos apenas alcanzan el salario mínimo. Un niño que trabaja destinaría casi 12 días de su salario íntegro para poder comprarse una bicicleta.
Las cifras del Módulo de Trabajo Infantil (MTI) del Inegi también señalan que hasta 2017 los estados con las tasas más altas de trabajo infantil son: Nayarit, Zacatecas, Campeche, Tabasco, Colima, Guanajuato, Guerrero, Puebla, Oaxaca y Michoacán. En contraste, la Ciudad de México y Querétaro obtuvieron los rangos más bajos, de acuerdo con estas mediciones.
La población que se encuentra más expuesta a los riesgos del trabajo infantil son los 1.3 millones de niñas y niños en ocupaciones peligrosas, entre las cuales se hallan las labores nocturnas, industriales, en obras de construcción o aquellas en las que se exponen a químicos contaminantes o residuos peligrosos, entre otras.
Las necesidades de la niñez y adolescencia son diferentes en cada etapa de su desarrollo. Los primeros cinco años de vida (primera infancia) son claves para el desarrollo cognitivo, físico, social y emocional, lo que sucede en esta etapa define, en gran medida, el futuro de las niñas y niños.
Esto demanda esfuerzos mayores para mejorar la situación de los menores en contextos vulnerables, ya que es más probable que se encuentren en pobreza y presenten algún tipo de desnutrición con repercusiones como el aumento del riesgo de mortalidad en los prime- ros años de vida y, en el largo plazo, consecuencias en el desarrollo cognitivo.
En cuanto al entorno geográfico, la distribución de la pobreza infantil ilustra la persistencia de dos patrones: las entidades que concentran la mayor proporción de población infantil y adolescente en pobreza son Chiapas, Oaxaca, Guerrero y Puebla, con incidencias superiores a 70 por ciento en 2014, en tanto que las entidades que concentran el mayor número de personas menores de 18 años en pobreza son el Estado de México, Chiapas, Veracruz, Puebla, Guanajuato, Michoacán, Jalisco y Oaxaca (57.6 por ciento de toda la población infantil y adolescente en pobreza del país).