Se sueltan los “diablos” y bailan por calles de Tilcajete
Adultos, jóvenes y niños con los cuerpos semidesnudos y pintados de aceite negro, brincan y danzan contagiando a los pobladores como al turismo que acude año con año a esta conmemoración especial.
En la víspera de los días de guardar, de los días de luto y reflexión espiritual, los “diablos” se sueltan en San Martín Tilcajete.
Suena el tambor, se escucha también la tuba y la trompeta, es la banda de viento del carnaval anunciando que se acerca la Cuaresma. Los cencerros suenan y suenan por las polvorientas calles. La alegría, los cohetes y la algarabía llenan a este pueblo conocido como la cuna de los alebrijes, ubicado en el distrito de Ocotlán.
Adultos, jóvenes y niños con los cuerpos semidesnudos y pintados de aceite negro, brincan y danzan contagiando a los pobladores como al turismo que acude año con año a esta conmemoración especial.
A pesar de los quemantes rayos del sol, el contingente suma más curiosos a su paso quienes sin dudar se suman a bailar y a festejar, a dar rienda suelta al cuerpo, antes de iniciar los 40 días de la Cuaresma, previo a los días santos que conmemora la iglesia católica.
En tanto, los diablos a gritos, con campanas colgadas a la cadera, mecates amarrados al cuerpo y cuernos en la cabeza, hacen alusión a los pecados que en este día festejan para después reconciliarse y estar en paz. Es la magia de Tilcajete, la magia de Oaxaca.
En Tilcajete como en varias comunidades de los Valles Centrales, además de las regiones Costa, Mixteca y Sierra Sur, así se vivió la tradición. Mañana, los cuerpos se guardan, la fiesta termina, los “diablos” vuelven a casa, para purificar el alma. Es Tilcajete, es Oaxaca, es la alegría y la fiesta.