La reconstrucción visual de Unión Hidalgo

El mural ubicado al  fondo de la avenida principal del pueblo  muestra a una anciana zapoteca sonriente, viendo al horizonte y sosteniendo sobre su regazo una pequeña casa de teja sobre la cual posa una urraca azul. Es el tercer mural que le realizan a doña Rosita Vicente de la Cruz en siete años, como parte del proyecto muralístico del grupo “Binni Cubi”/Gente Nueva, de Unión Hidalgo.
Doña Rosita es una anciana de 77 años de edad, muy amable, vendedora de flores y frutas en el pequeño mercado que se localiza en la estación del tren en esta población zapoteca.

Ella es una de las damnificadas del sismo del 7 de septiembre del 2017, que recibió su apoyo por parte de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu) de daño total por la pérdida de su vivienda tradicional, así que para el Colectivo “Binni Cubi” que dirige José Arenas, quién  mejor representante para recuperar los murales públicos en el pueblo que ella, un personaje muy conocido, popular y querido. 
Doña Rosita se emociona cada vez que ve su rostro pintado sobre la pared de una casa tradicional, no es la primera vez, con ésta van tres veces; la primera la pintaron hace siete años  cuando el colectivo comenzó con el proyecto de plasmar los rostros de los ancianos más emblemáticos  de la comunidad como una forma de representar la sabiduría zapoteca y acercar el arte urbano a la población a través de murales en las calles más transitadas, el proyecto se concretó con 11 piezas en toda la ciudad, siendo la de doña Rosita la primera. 
El primer mural estuvo a unas cuadras de su casa, pero el dueño lo borró después de dos años; los jóvenes recuperaron el dibujo en otra pared, en contraesquina de la primera, éste mural duró tan sólo siete meses; el terremoto del 7 de septiembre tiró la casa, así que la tercera se recuperó el 14 de abril, unos días después de su cumpleaños, así que para ella fue el mejor regalo, ahora espera que dure más tiempo.
"Cuando veo mi dibujo me pongo contenta, a veces digo ‘¿A poco soy yo?’. Del segundo dibujo sólo se quedó pintado mi sonrisa, es como un milagro porque yo me salvé esa noche del terremoto, gracias a Dios, por eso ahora que me volvieron a pintar por tercera vez espero que dure más tiempo aunque ya no esté y la gente me recuerde, que no lo tire otro temblor", describe mientras posa con su mural. 
El Colectivo contabilizó nueve de sus murales colapsados de los 11 que pintó el artista urbano Daniel Poetalata, de Juchitán, por lo que ahora buscan recuperarlos y sensibilizar a la población de la importancia de rescatar las casas tradicionales ya que forman parte de la identidad del pueblo de Ranchu Gubiña –como se le conoce a Unión Hidalgo--, así que en los murales incluirán elementos que recuerden el terremoto, la reconstrucción y la identidad arquitectónica de los zapotecas.