Las escuelas y facultades de la Universidad Autónoma “Benito Juárez” de Oaxaca (UABJO) mantienen el cobro de inscripción y reinscripción, pese a que la nueva reforma  educativa establece la gratuidad en la educación superior.

Las cuotas de inscripción  por nuevo ingreso van desde los dos mil 500 hasta los 17 mil 500 pesos. Para ingresar, la más caras son las facultades de Odontología y Enfermería, con una cuota de 17 mil 500, la Facultad de Medicina y Cirugía, con 11 mil 500, la Facultad de Arquitectura, 7 mil 500 pesos y la Facultad de Ciencias Químicas, con 6 mil 500 pesos, de acuerdo a una consulta hecha por EL UNIVERSAL.

A finales de mayo de 2019 a través de un oficio, el secretario de Planeación de la UABJO, Aristeo Segura Salvador, advirtió que con la reforma las facultades y unidades académicas de la casa de estudios no podrían realizar cobros por  inscripción, reinscripción o similares a los estudiantes.

Y les ordenó  transparentar los ingresos reales que obtienen por cobro de estas cuotas, ya que eso determinará el presupuesto que la Secretaría de Hacienda y Crédito Pública (SHCP) asigne a las universidades públicas en el país.

A pesar del anuncio, el secretario Académico de la UABJO, Javier Martínez Marín, precisa que esa parte de la reforma hasta el momento no ha entrado en vigor, pero advierte que la universidad presenta un déficit de 300 millones de pesos sólo para cubrir el gasto de nómina que hasta el momento no ha sido resuelto. También apunta que desde hace cinco periodos la administración central no se hace cargo de los gastos de operación de las escuelas y facultades.

El déficit se explica por el aumento en las jubilaciones y la contratación de profesores que no tienen el reconocimiento de la federación, y por tanto carecen de un respaldo presupuestal para el pago de sus salarios, entre otras causas. El Gobierno Federal reconoce menos de mil profesores de los dos mil que tiene la universidad.

“Las escuelas han estado siendo autosuficientes con estos cobros, que s usan para el mantenimiento mismo de las unidades académicas. En algunos casos es básico, desde material de secretaría hasta costos de mantenimiento de equipo que cuesta millones de pesos”.

De los gastos de las unidades académicas, la UABJO sólo cubre sueldos de profesores y algunos pagos operativos internos; pero dado la situación financiera, algunas unidades ya empiezan a pagar a los maestros con sus propios recursos.

La operatividad varía según la escuela o facultad, ya sea por el número de alumnos y por el mantenimiento a las instalaciones y equipo que se utiliza. En promedio, por alumno al semestre las escuelas invierten de mil 500 a 8 mil pesos. A estos se suma lo que invierte la universidad por estudiante: 40 mil pesos anuales.

“Enfermería, por ejemplo, es una escuela muy antigua que ya está teniendo muchas jubilaciones y eso ha hecho que tengan suplir el ingreso de docentes que todavía no han sido cubiertos por el subsidio federal. Eso hace que sea costosa en este momento”.

Martínez Marín agrega que de acuerdo a un estudio realizado por la UABJO, la cuota de nuevo ingreso representa en algunas unidades académicas 80% de sus gastos de operación, esto es en 18 de las 32. Señala que si se les retira ese ingreso, las escuelas pierden la mayoría de sus recursos para gastos de operatividad y colapsarían los servicios administrativos que tienen.

“Si la federación exige la gratuidad, tendría que aportar ese gasto para mantener las instalaciones, reconocer la plantilla de docentes… Una cosa puede decir el papel y otra la realidad educativa. Recordemos esa frase que dice que ‘prioridad que no se nota en el presupuesto, es demagogia’”. 

Opacidad

El académico de la Facultad de Derecho, Pedro Sosa, acusa un manejo opaco y discrecional de recursos de inscripciones, reinscripciones, exámenes profesionales y trámites administrativos; porque de ellos no se rinde cuentas a nadie-

Martínez Marín acepta que uno de los grandes retos es transparentar estos recursos; sin embargo, apunta que los directores están obligados a rendir un informe anual a sus consejos técnicos, conformados por alumnos y docentes.

Hay escuelas, dice, cuyos recursos entran directamente a finanzas centrales y de ahí los van tomando según los ejerzan y comprueben; otras piden a la Contraloría de la UABJO que les auditen sus recursos.

“Eso lógicamente son casos excepcionales y ejemplares que podríamos tomar y aplicarlo a nivel general”, finaliza.