Sobrevivencia. Se suman a la pobreza 184 mil
En Oaxaca, siete de cada 10 habitantes vivien en condiciones de rezago, de acuerdo con los estudios más recientes del Coneval
El humo del fogón inunda la cocina y el diminuto cuarto, los rayos de luz se cuelan por las grietas de las paredes de madera, cartón y lámina. Victoria y su hija Judit colocan sobre el comal unas enormes tortillas de maíz, hacen más de una docena. Los siete miembros de la casa saciarán el hambre con ellas durante la comida.
Los 42 años que carga Victoria Almaraz Ramírez se le notan de más, ella asegura que es por el ajetreo de la vida. Vive con su pareja, sus tres hijas: Judit Orozco Almaraz, de 21 años; Nayhelli, de 15 años, y Victoria Julieta de 9 años; más dos nietas, hijas de Judit; Elisa Maday de cinco años y Yesenia de uno.
La familia ocupa uno de los lotes de la colonia popular Simona Robles que el grupo político del mismo nombre le regaló por ser una mujer que fue víctima de violencia doméstica y vivir en condición de pobreza.
En ese predio construyeron una casa improvisada, armada con remiendos y que tiene como techo una lona, que ayuda a “medio protegerlos” de las lluvias.
La vivienda se ubica en el centro del predio, bajo la sombra de un frondoso árbol, y consiste en dos cuartos de cinco por cinco metros cuadrados, una cocina de siete por seis metros y un pequeño corredor que se pierde con el patio. En este hogar es donde se resguardan del frío, el calor y la lluvia, las seis mujeres y Paulino, el jefe de hogar.
Victoria se dedica a la venta de tortillas. Todos los días su rutina comienza a las 3:00 de la mañana: muele tres kilos de maíz en cada jornada, lo que representa en dinero de 120 a 130 pesos. Después de tres horas de elaboración, a eso de las 7:00 de la mañana, oferta sus tortillas en un puesto prestado ubicado en el mercado público de la ciudad.
Además de tortillas, a veces vende cocteles de frutas, bolis de sabores, verduras o lo que le llega a caer en las manos. Al final del día obtiene entre 150 o 160 pesos, dependiendo de la venta del día. Pero antes de llegar a casa, aparta el gasto diario de sus dos hijas menores, el resto lo invierte en la comida y los insumos de la elaboración de las tortillas, así que llega a su casa, como se fue, sin un solo peso.
“Mi hija de 15 años (Nayelli) va a la prepa y se gasta 30 pesos todos los días, la que va a la primaria lleva 10 pesos diarios, pero como vivimos lejos de la ciudad, tomamos camión y entre los tres gastamos, de ida y vuelta, 48 pesos más. Al final gasto casi 100 pesos. Así que lo que me queda de los 150 pesos es para invertir en mis tortillas y comida.”, detalla Victoria, sentada en su patio de tierra.
De acuerdo con las cifras más recientes dadas a conocer este miércoles en un informe del Consejo Nacional de Evaluación de la Política del Desarrollo Social (Coneval), la historia de Victoria y su familia se replica en dos millones 847 mil personas en los 570 municipios del estado, pues los números oficiales indican que en Oaxaca siete de cada 10 habitantes viven en condiciones de pobreza.
El lujo de enfermarse
Victoria y sus hijas comen pollo una vez al mes y son contados los días que se sirve en la mesa carne de res o pescado.
Los alimentos que sí son comunes en la dieta familiar son los frijoles, el arroz, la soya, la sopa y muchas tortillas.
“No tomamos leche, café sí, pero no comemos carne, muy de vez en cuando. Frijoles y tortillas, eso sí nunca falta. A veces cuando hay buena venta llego a la casa con queso y pan, entonces cenamos rico. La situación cada vez es más crítica, cada vez se come menos, si no fuera que me regalaron este lote, yo no tuviera ni siquiera una casa de cartón”, asevera la mujer con resignación.
Los datos le dan la razón a Victoria. Según las cifras del Coneval, en dos años aumentó en 6.9% el total de pobres de la entidad, lo que significa que de 2014 a 2016 se sumaron a las filas de la miseria 184 mil personas en Oaxaca.
Enfermarse es un lujo para esta familia, que cuando les cae algún padecimiento recurren a los remedios caseros y evitan las clínicas aunque tengan seguro popular, pues aseguran que al final de cuentas todo les cuesta.
Victoria no se equivoca. En cuanto al acceso a salud, los datos revelan que en el estado hasta el 2016, alrededor de 642 mil oaxaqueños no contaban servicios de salud, cantidad que se disparaba hasta los tres millones 151 mil personas si se cuenta a quienes carecen de seguridad social.
De acuerdo al informe, en el 2014 existían dos millones 662 mil oaxaqueños en pobreza, lo que en porcentaje representaba 66.8%; en 2016 el total pasó a dos millones 847 mil pobres, es decir, 70.4%.
Pobreza extrema
En esta clasificación, en el 2014 se tenía contabilizado un millón 130 mil oaxaqueños en pobreza extrema, esto significa que tienen tres o más carencias sociales y no cuentan con un ingreso suficiente, ni para adquirir una canasta básica de alimentos. De acuerdo con el Coneval, en el 2016 el número se redujo a un millón 87 mil, lo que representa a 43 mil personas menos en esa situación.
En los datos referentes a la pobreza moderada, en el 2014 existían un millón 532 mil personas, mientras que en el 2016 se registró un millón 760 mil oaxaqueños en esa condición; en otras palabras, 227 mil oaxaqueños más se encuentran en el umbral de la pobreza.
El día a día de Victoria siempre es igual. Si un día no pudiera trabajar su familia no contraría con el ingreso necesario si quiera para alimentarse, pues el único apoyo extra para sobrevivir viene de su pareja, Paulino, quien a veces se desempeña como albañil o como agente de seguridad municipal; cuando hay trabajo gana unos 120 pesos al día, cuando no, también depende de los ingresos de Victoria.
La mujer de 42 años explica que aunque sus dos hijas están en el programa Prospera, —la mayor recibe mil 600 pesos cada dos meses y la menor 300—, estos recursos, explica, sirve para gastos escolares, dato importante si se piensa que un millón 103 mil personas presentan rezago educativo, una cifra que Victoria no desea que engrosen sus hijas.