La perenne mirada de María del Sol

Su principal regalo al cumplir los 15 años de edad fue una cámara fotográfica profesional. Y desde entonces jamás se despegó de ella, así fuera en la escuela o en el trabajo.

De su madre aprendió el periodismo, el amor por los marginados y desprotegidos y la pasión por retratar rostros, cuerpos, paisajes, miradas, vidas, la vida. El 2 de junio de 2018 no solamente le robaron la vida y esa detallista mirada, sino también la cámara.

Pero la mirada de María del Sol Cruz Jarquín es perenne. Se quedó, está ahí, en cada cuadro, en cada imagen, en cada rostro indígena. En las montañas, en el mar, en las calles, en una cara inocente.

Diego Meixueiro Vásquez, Juan Carlos Pérez Huerta, Dalia Ortiz Frías, Rebeca Pérez Huerta, se dieron a la tarea de recolectar, por distintas vías, como memorias digitales y computadora, lo que vio María del Sol. Lo que sintió, lo que vivió en la plenitud, en 28 años de vida, a través de la lente.

“Ojos de Sol” fue el resultado de esa colección de 38 imágenes, que anoche fue inaugurada por su madre, Soledad Jarquín Edgar, y decenas de invitados que colmaron el segundo patio del palacio municipal de Oaxaca de Juárez.

María del Sol iba por sus sueños, iba retratando su vida, la vida, las vidas. En el Centro Fotográfico Álvarez Bravo hizo sus pininos, con Vittorio D’ Onofri. Cursó la licenciatura en Medios Audiovisuales en Guadalajara. Hoy el tiempo y la imagen congeló su mirada.

"Mi corazón estará roto por siempre, muchas personas tendremos que aprender a vivir sin ella", dice Soledad, la madre que a cuatro meses del crimen de su sol, aún no encuentra consuelo.

Ni justicia para su María del Sol, que vio la luz de la vida a las 08:20 de un 10 de octubre de 1990. “Seguramente hubiera hecho cosas maravillosas más adelante” dice Soledad, arropada por sus amistades y por el cariño a su Sol y su familia.