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De acuerdo con un oficio fechado el 6 de junio y dirgido a Claudia Rodríguez, directora de Enseñanza y Calidad Educativa de los Servicios de Salud de Oaxaca (SSO), las primeras anomalías detectadas fueron calificaciones no asentadas, errores numéricos entre los promedios que les notificó el Hospital Civil y los que les entregaron, y hasta años anteriores en las constancias de terminación del servicio.
Según los internos, mientras a los 19 se les entregó una calificación final, resultado de promediar los tres módulos completados con la evaluación que realizó la UABJO de los otros dos, dividido entre cinco, a los otros 53 sólo se les asignaron dos calificaciones, una del hospital y una de la universidad.
Ante ello, los inconformes enviaron el 22 de julio un nuevo oficio, ahora a la UABJO, señalando la disparidad en las evaluaciones: “Tras recibir la Constancia de Terminación, se siguen presentando inconsistencias (...) que radican en errores al promediar calificaciones, según los parámetros de evaluación, afectando la calificación”, dice el documento. No hubo respuesta oficial.
“Sólo se nos informó vía telefónica que hicieron las revisiones y que ambos [hospital y SSO] creen haber hecho el procedimiento correcto”.
El miércoles 29 de julio, los jóvenes enviaron otro oficio al área de Enseñanza, en el que señalaron el uso de dos criterios distintos para evaluarlos que los ponía en ventaja.
Su preocupación se debe a que el jueves de la semana pasada eligieron plaza para iniciar su servicio social, por lo que algunos tendrán que viajar a hospitales en comunidades y no podrán dar seguimiento al caso.
Para los jóvenes es importante corregir sus calificaciones, dado que un buen promedio es determinante para elegir los nosocomios en donde harán sus especialidades.
Los médicos señalan que el internado comenzó el 31 de junio de 2019 y culminaría el mismo día de este año; no obstante, al inicio de la pandemia fueron instruidos, a través de un oficio, para abandonar el hospital, prometiéndoles que no habría repercusiones. No obstante, algunos decidieron continuar su internado, renunciando a los derechos que tenían como internos cubriendo sus gastos por cuenta propia.
Quincenalmente, un médico que realiza su internado recibe 937 pesos para gastos, apoyo que les fue suspendido a partir del mes de mayo. “Mandaron un oficio para que regresáramos en la primera quincena de mayo o, si no, nos quitarían el apoyo... las últimas tres quincenas ya no llegaron”, agregan.
Además, acusan que durante la pandemia no contaron con el equipo necesario para prestar servicio médico sin riesgo de contagiarse de coronavirus, pues hasta al mes y medio de iniciada la pandemia, les dieron dos cubrebocas N-95 y el resto del tiempo sólo usaban cubrebocas comunes.