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El 17 de octubre de 1953 se publicó en el Diario Oficial de la Federación un decreto en el que se anunciaba que las mujeres tendrían derecho a votar y ser votadas para puestos de elección popular, no obstante, el primer sufragio femenino se emitió en 1955. El derecho al voto en los municipios se otorgó a las mujeres en 1947.
En contraste con los datos históricos, en septiembre de 2016, el pasado 20 de septiembre, el municipio de Guevea de Humboldt, vivió un hecho para la historia: las mujeres participaron en la elección de sus autoridades municipales.
"Está en veremos que, si para las elecciones que vienen, vamos a votar o no", señala Asunción, quien añade que tras el marco legal actual, en los mixes, se busca cumplir "sí o sí" con la paridad de género, sin que el papel de las mujeres sea reconocido plenamente en el ejercicio democrático.
A las mujeres se les convoca, únicamente para que las asambleas tengan validez, sostiene. Los municipios de la Sierra Juárez se rigen bajo el Sistemas Normativos Indígenas, no obstante, históricamente, las mujeres no han sufragado de manera informada.
La participación femenina en las jornadas electorales, si se trata de mujeres que recién alcanzaron la mayoría de edad, es casi nula, y si refiere a mujeres mayores, se sujeta a las indicaciones del esposo o hijo.

En Cacalotepec las mujeres ostentan regidurías a las que se les atribuye poca importancia y por lo tanto poco poder de decisión.
"Los cargos que tenemos o a los que podemos acceder no son altos, a pesar de que sobre todo las mujeres jóvenes de la comunidad no nos oponemos a ser topiles e ir escalonando la ocupación de cargos públicos", declara. En Cacalotepec, hasta el momento no ha habido ningún caso en el que una mujer haya prestado servicio como síndica o presidenta municipal.
El poder adquisitivo de las mujeres en las comunidades como Cacalotepec, determinan su participación en la toma de decisiones, pues pueden erogar gastos grandes para la celebración de las fiestas del pueblo, generalmente sucede con viudas y madres solteras que se convierten en cabeza de familia.
"El convertirse en mayordoma o pagar la música o la comida de las fiestas, determina el reconocimiento social y político de algunas mujeres en comunidades indígenas", reseña Asunción.
Para las mujeres de pueblos como Cacalotepec, la participación política surge en los pequeños espacios de convivencia, donde se forman las opiniones de la comunidad y una mujer construye una reputación en base a su desempeño mientras hace la comida de una fiesta patronal o aporta para ésta.
Aunque la mayoría de las mujeres participa en función a la opinión de sus esposos, algunas han empezado a prestar servicio de limpieza en la clínica del pueblo y después ostentado una regiduría.
Poco a poco, ellas empiezan a realizar funciones independientes al tiempo y autorización de sus maridos. Los hombres han ido reconociendo que las mujeres pueden desempeñar funciones afuera del hogar, para el bien de la comunidad.