Escasez de diésel marino deja varados a pescadores
Como la refinería de Salina Cruz no produce el combustible, deben pagar 50 mil pesos por pipa para traerlo de Veracruz
Aunque la temporada de captura del camarón de exportación y de consumo nacional ya arrancó, en el muelle pesquero del puerto de Salina Cruz permanecen 10 barcos en espera de que sus dueños consigan dinero prestado para comprar 10 mil litros de diésel para un primer viaje de 10 días.
De las 39 embarcaciones que integran la flota, 29 lograron salir este viernes, luego que sus propietarios obtuvieron créditos para adquirir combustible, pues el diésel marino donado por Petróleos Mexicanos (Pemex) desde junio fue gestionado por el gobierno de Oaxaca días antes de que arrancara la temporada y aún no llega.
El periodo de captura de camarón comenzó el 30 de septiembre y concluirá en marzo de 2020. Debido a las intensas lluvias registradas en el Golfo de Tehuantepec, los pescadores esperan una producción mayor a la de la temporada 2018-2019, cuando cada embarcación traía hasta tres toneladas por un viaje de 30 días; sin embargo, la falta de diésel ha retrasado la salida a la pesca.
Los pescadores esperan que para el 15 de octubre ya cuenten con el combustible que será enviado en pipas de doble remolque desde el complejo petroquímico de Pajaritos, Veracruz, pero por cada viaje tendrán que pagar 50 mil pesos, pues la refinería Antonio Dovalí Jaime, de Salina Cruz, no está produciendo diésel marino.
“Los funcionarios de la refinería no han informado si la planta procesará diésel para fines de octubre; no sabemos nada. Unos dicen que el área de producción de diésel está en reparación, otros señalan que falta petróleo crudo para producirlo, de acuerdo con las especificaciones del mercado automotriz”, dice Anselmo López Villalobos, dirigente estatal de los pescadores.
Y en realidad, agrega, desconocen si la refinería producirá diésel en lo que resta de este año.
858 mil pesos por viaje es la derrama económica que dejan las embarcaciones a comerciantes
Mientras esperan que los dueños de los barcos consigan dinero prestado para comprar algo de combustible, en el muelle algunos pescadores pintan el casco de las embarcaciones, otros acomodan cajas de madera que están en la cubierta, que contienen frutas y verduras.
El ambiente no es de alegría, más bien es de inquietud. Nadie sabe cuándo partirán, sólo saben que mientras esperan están perdiendo dinero. Y no son los únicos, pues de extenderse la escasez del diésel existe la posibilidad de que la flota pesquera de Salina Cruz traslade sus operaciones a Puerto Chiapas, donde allá sí hay combustible.
Pierden todos.
Wilebaldo Morales está preocupado. Si los pescadores se van, dice, su economía se agravará, pues él es uno de los comerciantes que surten carne de res y cerdo a los hombres del mar que durante siete meses navegan las aguas del Golfo de Tehuantepec, en el Pacifico Sur.
Tan sólo para abastecer a una embarcación de alimentos, como carne de pollo, res, cerdo, tortillas, verduras y frutas para un viaje de 30 días, se invierte en el mercado local unos 22 mil pesos.
Es decir, que por la compra de víveres para las 39 embarcaciones que forman la flota pesquera se derrama entre los comerciantes unos 858 mil pesos por viaje.
“Por viaje surto unos 60 kilos de carne de res por barco. Ahora piense usted en otros negocios que están relacionados con la industria pesquera, también van a tener pérdidas si la flota camaronera de Salina Cruz se va a Puerto Chiapas”, dice preocupado Wilebaldo.
Foto: Alberto López
Anselmo López dice que si la flota se va para Puerto Chiapas “las pérdidas económicas serán millonarias para diversos comercios de Salina Cruz, como los de aceites, filtros y lubricantes, así como los que venden cabos, piolas y chinchorros”. La decisión, dice, López Villalobos, se tomará a fines de octubre, antes de que salgan al mar en su segundo viaje.
“No estamos en condiciones de pagar 50 mil pesos por cada pipa desde Pajaritos, Veracruz, hasta el muelle de Salina Cruz”, afirma.
Agrega que la situación que vive la industria pesquera de alta mar a nivel nacional es delicada, pues proyectan quitar muchos recursos del presupuesto 2020: “No hay dinero para la vigilancia y tampoco para estimular el desarrollo de la acuacultura, pero aquí en Salina Cruz la situación es aún más grave porque la falta de diésel”, afirma.
“No entiendo que a una de las actividades más productivas que garantiza la soberanía alimentaria la tengan en el olvido”, lamenta el líder de los pescadores.
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