A los 17 años, Rosa Méndez Cruz se enfrentó al alcoholismo de su padre y a la enfermedad de su madre que la mantenía en coma. Apenas terminaba el bachillerato y debía hacerse cargo de sus padres y sus dos hermanos, por ello decidió presentar un examen para enrolarse en la Policía Auxiliar, Bancaria, Industrial y Comercial de Oaxaca (PABIC).

El sueldo, en ese entonces, era atractivo: 400 pesos quincenales, cuatro veces más de lo que se pagaba en cualquier otro trabajo (90 pesos). Así, su alta en la PABIC se conocretó  el 16 de junio de 1994. Tras 26 años de servicio, es la primera mujer en ocupar el cargo de subdelegada Regional dentro de la corporación y ascender al grado de comandante.

“Agradezco, en ese entonces, el apoyo que me brindaron porque por ser menor de edad difícilmente se  puede conseguir trabajo”, comenta. El crecimiento profesional de Rosa Méndez ha sido gradual, pues ha ocupado diversos cargos, pero en todo este tiempo, también  enfrentó  la resistencia y machismo de algunos de sus compañeros hombres que se oponían a recibir órdenes de una mujer.

Enfrentó, dice, desde  los celos de su entonces pareja, quien también formaba parte de la corporación y  detuvo por mucho tiempo sus oportunidades laborales;  por ello, prefirió ser una madre soltera de dos hijos cuando apenas tenía 24 años.

Fueron los celos. No estaba de acuerdo en que yo siguiera trabajando en la PABIC. Tuve también otras oportunidades para obtener otro tipo de trabajo, pero él nunca estuvo de acuerdo. Él me condicionó a dejar el trabajo para que siguiera la relación. Siempre estuve a su decisión, hasta que decidí ver por mí, luchar por mí. No me gusta depender de nadie y me gusta mi trabajo”, rememora.

A la fecha, asegura que el machismo prevalece en la corporación y también cuenta que le tocó vivir situaciones de acoso,  práctica que considera que ha ido disminuyendo,  por los cursos y talleres de equidad de género que se han implementado.

 “Aún impera el machismo en este ambiente, por lo regular conformado por  90% de hombres. El hecho  que una mujer esté al mando de algo o estén bajo sus órdenes les genera un desacuerdo”, explica.

Pese a la fe de Rosa, la realidad es que el machismo y el acoso está lejos de ser erradicado en los cuerpos policiales. La organización Causa en Común, por ejemplo,   en una encuesta aplicada a  mujeres  policías señala que al menos  tres de cada 100 de ellas  acepta  haber sufrido o haber sido testigo de abuso sexual, cinco de cada 10 piensa que hay discriminación en su corporación.

Además,  35% de las mujeres indica que alguna de sus compañeras ha recibido piropos ofensivos, comentarios sobre su apariencia o de índole sexual; 17% de ellas  dice que alguna de sus compañeras ha recibido mensajes, fotos o comentarios con insinuaciones o insultos y 14%  comenta  que alguna de sus compañeras ha recibido solicitudes o insinuaciones sexuales.


Reeducar a los hombres

Ante una realidad que aún impera, instituciones como la Secretaría de Seguridad Pública de Oaxaca (SSPO) que, según datos proporcionados a  EL UNIVERSAL, cuenta con una plantilla de 8 mil 697 elementos, de los que  2 mil 97 son mujeres y 6 mil 600 son  hombres, ha tenido que implementar  programas de reeducación, en los que se dan talleres y cursos a los varones sobre equidad de género.

“A los compañeros los  están sensibilizando más, que acepten que este trabajo no sólo es del varón, sino también de la mujer. En conjunto, nosotros podemos crecer mejor”, apunta Rosa Méndez,  en cuya corporación, la PABIC, hay  un  13.7% de elementos mujeres y  86.3% de hombres.

“El tema de la mujer  ya  empieza  a ser   más aceptado [por los policías hombres]. Todavía hay uno u otro que todavía está  muy arraigado... De repente había compañeros a quienes les dabas una orden y se ponían medios apáticos, como les llamamos aquí” reconoce Rosa, quien desde los 24 años ha  ocupado varios cargos de mando.

 Primero  fue nombrada   encargada de Servicios, luego se desempeñó como  oficial de Cuartel, responsable  del control de unidades, movimientos, supervisiones de sectores, apoyos, y posteriormente como  comandante de Sector, en la ciudad de Oaxaca.

 Apenas el   20 febrero, Rosa dio un paso más contra el machismo y ahora  fue designada la primera subdelegada Regional.