Apenas la semana pasada, personal de la Fiscalía se presentó en el municipio istmeño para realizar las primeras diligencias que marca el protocolo homologado para la búsqueda de desaparecidos; a los familiares no se les permitió presenciar las tareas de investigación.
Las omisiones en el caso empezaron desde la Fiscalía General que no ha dado informe alguno sobre los avances del caso, ni han llamado a declarar a las últimas personas con las que Bruno tuvo contacto el último día que fue visto.
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El vía crucis de la familia Avendaño inició el 10 de mayo, cuando Bruno salió de la casa de su familia para reunirse con Gregorio Chiñas, vecino de Tehuantepec, la última persona que lo vio físicamente y que no ha sido citado a rendir testimonio.
Fue hasta las 22:00 horas de ese día cuando la madre de Bruno supo que éste no había llegado a la cita con su novia, que programó para las 15:00 horas. Hasta entonces la familia no tenía conocimiento de que el joven, parte de la Armada de México, estaba desaparecido.
"Estamos imposibilitados de saber qué es lo que pasó. No somos una familia que tenga problemas con la gente. Continuamente nos cuestionan sobre si tenemos sospechas sobre lo que sucedió, dando por hecho de que hay alguna razón por la que una persona desaparece... pero lo que es cierto es que nadie tiene por qué desaparecer", reitera Lukas.
Además, detalla que "por fortuna", la última vez que se le vio a Bruno, según el testimonio de Gregorio Chiñas, fue a las 15:00 horas, en una zona céntrica, considerada "segura", en el municipio.
A la familia le indignan las suposiciones que hiciera la policía municipal tras la desaparición de Bruno. Pues aseguraban sin pruebas que Bruno se había ido con una mujer a un motel, porque hay casos recurrentes de hombres desaparecidos, que vuelven a sus casas después de unos días.
"Siguen sin darnos ninguna respuesta, ninguna posibilidad que explique su paradero... uno aprende a buscar a sus familiares a la mala. La solidaridad que nosotros encontramos fue en nuestra familia y nuestra comunidad, que se sumaron a las tareas de búsqueda", indica.
Para interponer la denuncia por la desaparición de su hermano, Lukas tuvo que esperar varias horas para que le tomaran la declaración. Además tuvo que acreditar el parentesco con papeles oficiales. A pesar de que la denuncia fue interpuesta el 11 de mayo, fue hasta un día después cuando se levantó.
En inconformidad, los vecinos realizaron un bloqueo en la carretera que comunica a Tehuantepec con Salina Cruz y exigieron que se hicieran búsquedas del desaparecido, que se realizaron hasta el 13 de mayo. "Solamente las primeras dos semanas pudimos contar con las corporaciones en las búsquedas. La única que permaneció buscando hasta el 4 de junio fue la Armada de México", dice y añade que el argumento fue la falta de recursos y la existencia de casos más apremiantes.
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Sin apoyo oficial, el pasado 30 de agosto, familiares de desaparecidos y la familia Avendaño conformaron el Colectivo de Familiares de Desaparecidos en Oaxaca y entregaron una solicitud al gobierno estatal para pedir una audiencia donde esté presente el gobernador Alejandro Murat, el fiscal Rubén Vasconcelos, el fiscal de Desaparición Forzada Emmanuel Cabrera, el secretario General de Gobierno Héctor Anuar Mafud.
El 7 de agosto, la Segego emitió un oficio a la familia para manifestar que no existe partida presupuestal, ni estructura para que las instancias mencionadas atiendan los casos de desaparición, ante la ausencia de una Unidad local para hacerse cargo de los casos.
"Por un caso de desaparición, la familia por derecho, debe contar con apoyo psicológico y jurídico y nosotros hasta este momento no hemos recibido el respaldo que marca la ley. Son derechos a los que uno como víctima debe tener acceso", agrega.
La familia presentó una queja ante la Comisión de Derechos Humanos de Tehuantepec el pasado 4 de junio, misma que fue ratificada el mes pasado, pero hasta el momento, el organismo no ha emitido ninguna recomendación.
En tanto la Comisión Nacional de Derechos Humanos también recibió una petición por parte de la familia, pero la única respuesta que emitió, fue informando que el caso se turnaría al departamento de desaparecidos.
Lukas reitera que el único logro sustancial que ha tenido el caso, fue la atracción por parte de la Fiscalía Especializada en Desaparición forzada. El 21 de julio, Lukas presentó una queja ante la Embajada de México en Barcelona, en el área de Derechos Humanos. La embajada remitió un documento a la Fiscalía, y fue por eso que la fiscalía especializada tuvo que atraer el caso.