“Existe la duda primeramente de que ese medicamente anestésico haya sido aplicado durante la cirugía y desde luego existe la duda pues no se encuentra acreditado que el médico haya aplicado dicho medicamento”, afirmó.
Apuntó que en las notas médicas no especifican que se haya aplicado lidocaína y ni que el médico Luis P. M. lo haya hecho.
El defensor del pediatra vinculado a proceso por el delito de homicidio doloso con agravante de responsabilidad médica, argumentó que ni el Ministerio Público ni el Juez de Control son claros al precisar sobre el delito del que se acusa a su cliente, por lo que es una violación al debido proceso.
De la misma manera también cuestionó uno de los argumentos de la Fiscalía de Oaxaca en que señala que al niño no se le permitió el ayuno suficiente para practicar la cirugía, porque es un hecho que no está acreditado (comprobado), y negó los señalamientos sobre una intubación indebida del menor.
“El dictamen no alcanza el grado de profesionalismo y objetividad que el caso requiera para ser sustento de un proceso legal”, sostuvo.
Y estableció como causa de la muerte un paro cardiorrespiratorio con edema cerebral con sustancia en estudio (lidocaína, concentración de 2.2 miligramos por litro de sangre); mientras que el estudio histopatológico, efectuado el 21 de diciembre, concluyó que el niño presentaba edema cerebral no traumático, encefalopatía, edema agudo pulmonar, congestión vascular con presencia de restos médicos en alveolos, falla orgánica múltiple secundaria a choque cardiogénico.
Las pruebas aportadas por la Fiscalía fueron aceptadas por el Juez de Control del Tribunal Superior de Justicia del Estado, quien decidió vincular a proceso al médico Luis P. M.; y está pendiente de ejecución una orden de aprehensión contra la anestesióloga Gabriela C., quien se amparó para no ser aprehendida.