"Buscaré acercamiento hasta con inconformes”: nuevo ómbudsman

José Bernardo Rodríguez promete trabajar también con organizaciones que lo cuestionaron

El nuevo titular de la DDHPO buscará acercarse a organizaciones.
Foto: Edwin Hernández / EL UNIVERSAL
Estatal 13/05/2019 14:30 Fernando Miranda Oaxaca de Juárez, Oax.- Actualizada 15:40

Desde el 9 de mayo pasado, José Bernardo Rodríguez Alamilla despierta con la responsabilidad de denunciar las sistemáticas violaciones a los Derechos Humanos que se cometen en una entidad donde la pobreza, la falta de acceso a condiciones de vida digna, así como el clima político-social son la mezcla perfecta para la impunidad. 

    Es el nuevo ómbudsman de Oaxaca quien,  pese a llegar tras un proceso cuestionado por organizaciones civiles,  niega ser un defensor colocado a modo por el gobierno estatal y  asegura que será la confianza de la gente  la que determine al final de su periodo si la institución funcionó.  

Con una trayectoria incubada en la sociedad civil, el nuevo titular de la Defensoría de los Derechos Humanos del Pueblo de Oaxaca (DDHPO) afronta el reto de tender puentes para acercarse, incluso,  a  aquellos que lo señalaron y de potenciar la voz de la defensoría hasta garantizar que se cumplan sus recomendaciones.

 ¿Cuál es su primera tarea a desempeñar como  defensor?

—Tiene que ser un diagnóstico tanto de derechos sustantivos, es decir, violaciones a los Derechos Humanos, como de la  institución, para así  trazar líneas de trabajo específicas.  

Necesitamos, por ejemplo,  fortalecer la actividad de la defensoría respecto a los derechos DESC (Derechos Económicos, Sociales y Culturales). Tradicionalmente en las defensorías, no sólo de Oaxaca sino de todo el país, se trabajaba con derechos civiles y políticos, detenciones arbitrarias, tortura... 

 Para lo que tiene que ver con derecho a la vivienda, educación, trabajo, salud o derecho al agua no existen parámetros para poder trabajar con ellos.  La defensoría tendría que entrarle sí o sí.  

Nosotros, como defensores, pensamos que primero comes,  tienes salud, te alimentas y luego de éstos puedes ejercer tus derechos políticos.

  ¿Cómo se garantizará  el ejercicio de estos derechos?

—La defensoría tiene que trabajar tanto en la parte interna como en la externa. En la primera tenemos que generar mejores procedimientos para documentar las violaciones a los Derechos Humanos. En la medida que nuestras resoluciones sean los suficientemente  sólidas, la institución va a crecer en función de su voz. 

En la parte externa tenemos que lograr que  las autoridades a las que emitimos resoluciones no sólo las acepten,  que también las cumplan. Para ello usaremos una serie de parámetros que la propia ley y la Constitución nos da, para que aunque  las recomendaciones no sean vinculatorias, sí se cumplan.

   ¿Cuáles son los parámetros?

—Bueno, solicitar al Congreso que las autoridades que no cumplan con una recomendación acudan para explicar por qué no lo han hecho. 

Una segunda posibilidad es el juicio de protección de derechos humanos, sui géneris dentro de la entidad y en el país, que nos permite que si hay  incumplimiento de  autoridades ante una recomendación de la defensoría, puedas acudir a un órgano jurisdiccional, la sala constitucional, a pedir el cumplimiento de alguna manera vinculante de esa recomendación.  Y por último, la parte discursiva de la propia defensoría, puedes hacer que tenga costo político y social para el funcionario que incumpla.

  ¿Tiene alguna línea de trabajo sobre agresiones a defensores  

y periodistas?

—Oaxaca es uno de los estados del país, así lo dicen las estadísticas, con mayor riesgo para periodistas y defensores. 

Ahí se proyecta, primero generemos un cuerpo sólido, una visitaduría especializada en defensores y periodistas que se encargue no sólo de  quejas, sino de incentivar política pública para la protección de estas actividades.  Hay que atender las causas antes que el caso, entender qué hay  detrás de ellos y exigir que cambie.

Fue polémica su designación, se cruzaron acusaciones al interior de un mismo partido (Morena)... ¿Es el defensor del gobierno estatal? ¿Era menos incómodo que los otros aspirantes? 

—No soy el defensor del gobierno estatal, soy el defensor del pueblo de Oaxaca, gran parte de los diputados que votaron por mí son de partidos  de oposición al gobierno estatal. Yo expuse mi plan de trabajo, mi experiencia   y logré convencer. No soy una persona de gobierno, todo mi trabajo está apegado a la parte social y tengo una trayectoria  que me respalda.  

Pero, al final, este señalamiento marca su llegada, ¿cómo ganarse la confianza de las organizaciones?

—Son sólo algunas. Habrá un acercamiento permanente con ellas. Al final, dentro de las organizaciones existe una expertis que nos gustaría aprovechar para posicionar temas. Son personas de suma valía, todas; incluso las que se manifestaron en contra de mi participación y de mi llegada. 

 ¿Qué mensaje les mandaría a esas personas?

—Primero que voy a buscar a las organizaciones para construir parámetros conjuntos de actuación,   reconociendo la parte de sociedad civil. Hay agendas de Derechos Humanos  que tenemos que impulsar de manera conjunta. Segundo, que sea el día a día el que legitime el trabajo de la institución, ahí es donde se verá si el trabajo que estamos desarrollando es correcto.

 

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