“Los derechos humanos de las personas con discapacidad han sido violentados y lo siguen siendo, principalmente por las autoridades y su abuso de poder”. Razón por la que, asegura, fundó la asociación.
En su caso estos malos tratos se presentan en hostigamiento constante y decomiso de su mercancía por inspectores municipales, pese a que cuentan con permiso desde hace más de 10 años.
“Mientras que el comercio en las calles del centro crece todos los días sin que nadie les diga a nada, a nosotros los inspectores no nos dejan ni sentarnos un rato a descansar. Mi gente tiene derecho a descansar porque es muy cansado caminar todo el día”, comenta Solís Calixto.
Según el Inegi, en Oaxaca más de 227 mil personas tienen dificultades para realizar actividades básicas cotidianas (discapacidad), que representan un 6% de la población estatal. La tasa de participación económica de la población con discapacidad es de 31%, cuando la media es del 52.3%.
Por ello, desde hace más de un mes han solicitado una audiencia con el presidente municipal de Oaxaca para denunciar el acoso constante de parte del jefe de inspectores, pero no han tenido ninguna respuesta; también se han reunido con el director de Comercio en la Vía Pública, José Luis Rueda, quien argumenta que se trata de “una limpia” (de comerciantes) en el centro de la capital.
Godofredo advierte que, de no haber respuesta, este semana marcharán hasta sus oficinas para ser atendidos: “Tiene años que vienen con lo mismo de que van a hacer una limpia de ambulantes, pero qué pasa en esta administración, sé que tiene conocimiento [el edil] de que se están vendiendo los espacios, calles y banquetas, en complicidad con su gente”, dice. A su vez, el ayuntamiento asegura que ningún intengrante de la organización se ha acercado a la autoridad municipal.
Mientras continúa su lucha contra lo que considera discriminación y abuso de autoridad contra las personas con discapacidad, al mismo tiempo recorre las calles del andador turístico ofertándo las bolsas que elabora mediante tejidos.
“Yo prefiero ganarme la vida de esta manera y que la sociedad me apoye, pero a cambio de mi trabajo, mostrarles que no es sólo pedir, que se puede trabajar y ser útil. La discapacidad no está en el pie, está en la mente”, finaliza.