Pueblos indígenas exigen "derecho de réplica" ante megaproyectos de AMLO
El ofrecimiento de "progreso" que hizo el gobierno de la Cuarta Transformación se tradujo en intenciones de despojo hacía los pueblos originarios
Los megaproyectos que impulsa el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, como el Tren Maya, el Corredor Interoceánico del Istmo, y el Proyecto energético Integral de Morelos (PIM), ponen en riesgo la vida de las comunidades indígenas y sus territorios, coincidieron ponentes y especialistas del proyecto "Derecho de réplica. Hablan los pueblos”.
A partir de una investigación etnográfica conformada por reportajes, videos documentales y ensayos fotográficos, esta iniciativa pretende “dar voz” a los pueblos indígenas afectados por los planes de desarrollo que impulsa el gobierno de AMLO, ubicadas en zonas con la mayor riqueza cultural y ecológica del país, como la Península de Yucatán, el Istmo de Tehuantepec en Oaxaca, y el corredor Puebla, Tlaxcala y Morelos.
Personalidades del ámbito periodístico, literario, activistas, representantes de pueblos originarios y organizaciones civiles, se dieron cita en el Antiguo Colegio de San Ildefonso, para exponer las implicaciones que hay en los territorios donde se asignan estos megaproyectos, así como en las comunidades originarias, en sus formas de vida, y la violencia ejercida tanto por particulares como por el gobierno.
El proyecto "Derecho de Réplica", parte de la premisa de que al ofrecimiento del "progreso" que hizo el gobierno de la Cuarta Transformación se tradujo en intenciones de despojo hacía las comunidades que son ignoradas, pese a las consultas que se han realizado y que son cuestionadas por desvincularse del Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Foto: Alejandro Rangel
Clara Meyre, vocera de la Fundación Rosa Luxemburg, enfatizó la importancia de analizar y compartir este tipo de trabajos que evidencian, no sólo en México sino también en el mundo, una pregunta relevante en este tipo de proyectos de desarrollo: “¿Desarrollo para quiénes?, ¿y a costa de quién?”.
Para Yásnaya Aguilar Gil, lingüísta, escritora y activista ayuujk (mixe) el valor de "Derecho de réplica", radica en el peligro de que sólo se escuche una sola historia, como cuando el Presidente desacredita a quien disiente de sus planes o dichos.
La escritora recordó que cuando AMLO visitó Ayutla Mixe, su comunidad de origen, las mujeres de la localidad lo retuvieron para exponer las problemáticas por la que llevan dos años sin agua potable, lo cual originó una serie de comentarios en redes que presentaron un nuevo término para ellas: “movimiento de indígenas fifí”.
Precisó con ello la "urgente necesidad" de que los pueblos originarios se expresen para romper con los bloques de información que se imponen. “Si pensábamos que el estado neoliberal era el problema, y que ahora en el discurso esto se acabó, entonces regresamos a un modelo anterior a éste, en un estado de bienestar, que también se construyó a costa de los pueblos indígenas”.
Bettina Cruz, activista e integrante de la Asamblea de los Pueblos Indígenas del Istmo de Tehuantepec en Defensa de la Tierra y el Territorio (APIITDTT), comentó que aunque el Jefe del Ejecutivo diga que el neoliberalismo ya se acabó, existe despojo por parte de los "poderes del capitalismo".
El Corredor Interoceánico, dijo, es uno de los "sueños" más viejos de políticos y empresarios que han ostentado el poder como “dueños del país”, que “viene a querer quitarnos todo lo que tenemos". Agregó que éste “no sólo afectará a Oaxaca y Veracruz, también tendrá consecuencias en Chiapas y Tabasco.”
Puntualizó que tanto el Corredor, como el Tren Maya y el PIM son tres proyectos que no pueden verse de forma independiente, porque a partir de ellos "se busca construir una plataforma logística de producción e inversión", por imposición, que arrasará con los usos y costumbres de los pueblos indígenas.
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Hermann Bellinghausen, periodista, poeta y narrador, señaló que ahí, en la mesa, se encontraban las mujeres que están dando las luchas más arriesgadas del país, y que representan “las verdaderas barricadas para defender tanto la Península de Yucatán, el Istmo de Tehuantepec y la extensión entre Morelos, Puebla, Tlaxcala; el corazón mesoamericano”.
También recordó la declaración del presidente un día después del asesinato de Samir Flores, cuando “pareció que casi le echa la culpa, diciendo que quienes lo mataron quieren estorbar el grandioso proyecto”. Samir Flores era un activista de Morelos, defensor del territorio nahua y firme opositor del PIM, quien fue asesinado el 20 de febrero en el patio de su casa, a unos días de realizarse la consulta ciudadana sobre la termoeléctrica de Huexca.
Por ello, Bellinghausen consideró que en estos momentos del país es importante “ir a contracorriente”, pues en Latinoamérica ocurrieron fenómenos que discursivamente así se anunciaron, como “progreso”, y su resultado no fue el que deseaban.
Teresa Castellanos, activista y coordinadora del comité “Huexca en Resistencia” y ganadora del premio Premio Nacional de Derechos Humanos Don Sergio Méndez Arceo, señaló que una parte importante de lo que ocurre con estos megaproyectos es la agresión por parte del gobierno federal, pues argumenta que aunque en su origen provienen de administraciones anteriores, cuando AMLO estaba en campaña electoral en 2015 “dijo que el Gasoducto, la Termoeléctrica y las mineras, no pasarían porque contaminaban el agua. Hoy, que ya es presidente, lo va a permitir.”
Consideró que México "no está creciendo", y que las autoridades "están dejando el país a los grandes empresarios", y a los pueblos indígenas "sin nada".
“Con su consulta amañada nos demostró a los pueblos que tenemos razón. Porque él [AMLO] se dio cuenta que los pueblos que estamos resistiendo, estamos ganando esas consultas", declaró Teresa, con tono efusivo y entrecortado, mientras levantaba el puño al igual que su voz para reafirmar que aunque Samir fue asesinado, sus compañeros en la resistencia no se rinden.
Herber Uc, activista maya, señaló que el “reordenamiento territorial”, declarado así en la justificación del Gobierno Federal para megaproyectos como el Tren Maya, significa "el desplazamiento de las actividades que la población tiene para sobrevivir en sus territorios".
Consideró que el verdadero fondo del asunto no está en sólo verlo como medio de transporte, sino en un proyecto de inversión de infraestructura, donde surgen las dudas: “¿Para quiénes son estas construcciones? ¿A quiénes beneficiará esta inversión?”.
Acerca de las consultas realizadas para este proyecto en la Península de Yucatán, dijo que son “consultas a modo, que no cumplen con el mínimo de los principios establecidos por convenios internacionales, de tal forma que resultan ser sólo procesos administrativos para la validación de proyectos de despojo”.
Acusó que el “progreso gubernamental” ha traído consigo violencia, y que resulta preocupante que con la llegada del turismo, enormes lagunas que pertenecían a pueblos indígenas fueron convertidos en centros turísticos, y que el nivel de violencia se triplicó.
Herber se pronunció porque se reconozca el derecho de los pueblos indígenas a la libre determinación, lo cual implica garantizar su libertad para decidir sobre los proyectos que quieren para su comunidad. “No necesitamos que nos pregunten si estamos de acuerdo o no con que se lleve a cabo el Tren Maya; la verdadera pregunta debe ser: ¿Qué necesitamos como pueblos indígenas para vivir dignamente en nuestro territorio?”
La fotógrafa Graciela Iturbide y el historiador Alfredo López Austin, ponentes en la presentación del proyecto "Derecho de réplica", expusieron también sus posturas sobre los planes del actual gobierno federal, apuntando a la devastación de territorios, y violaciones a la autonomía de las comunidades originarias.