El 1 de diciembre "Guarumo" se soltó y agredió a la bebé de nueve meses que gateaba en el patio, quien por las heridas falleció.
Tras el ataque, "Guarumo" junto con otros dos perros con los que cohabitaba, fueron sacrificados por su dueño, el abuelo de la niña.
Los animalistas demandaron una investigación veraz, debido a que a la bebé no se le realizó la autopsia para determinar la causa de la muerte, y reprobaron que Guarumo haya sido encerrado por 48 horas en la cárcel municipal.
En un principio, Abdón Jerónimo, dueño del can, contempló la posibilidad de abandonar a su perro en algún cerro para librarlo de la muerte. A pesar de que la idea fue condenada a través de las redes sociales por grupos animalistas, ninguna organización dotó de asesoría a la familia.
De acuerdo con el artículo 416 de esta ley, sólo está permitido que un animal sea sacrificado “por causa justificada y bajo cuidado de un especialista o persona debidamente autorizada y que cuente con conocimientos técnicos de la materia”, situación que no se cumplió, debido a que el propietario recibió un ultimátum para deshacerse del can en 24 horas.
Según lo que estipula esta ley, el asesinato del pitbull debería perseguirse por oficio, pues quien lo cometió fue el mismo propietario.
A pesar de que la ley entró en vigor en Oaxaca en 2015 y contempla castigos con cárcel a quien lastime, asesine o utilice para fines sexuales, decenas de casos que se denuncian a través de las redes sociales permanecen sin sanción.
La LXII Legislatura aprobó una reforma al Código Penal de Oaxaca para tipificar como delito el maltrato animal y castigarlo hasta con cuatro años de prisión.