Mientras que a nivel nacional, en cuatro de cada mil partos nacen infantes con esta condición.
Este padecimiento se caracteriza por un conjunto de problemas mentales y de conducta, que se engloban dentro de los trastornos del espectro autista, y tiene su origen en la etapa prenatal, es decir, antes del nacimiento, y se debe a que hay anormalidades en la formación y funcionamiento de los circuitos de las neuronas cerebrales.
De acuerdo con datos del sector salud, en estos casos no se observa retraso en el desarrollo del lenguaje.
Las primeras palabras y frases aparecen en la edad esperada, pero hay una importante alteración en los comportamientos no verbales, como en la expresión de la cara; no miran a los ojos.
Por otra parte, son incapaces de desarrollar relaciones con sus compañeros, no comparten los intereses de las otras personas, y también pueden tener ciertos patrones de comportamiento repetitivos o extraños.