En el resto de las víctimas, afirma, prevalece el temor de que la violencia o acoso sexual incremente. La situación es grave, si se considera que las agresiones contra las mujeres se presentan en todos niveles: desde el medio superior hasta el doctorado.
La Defensoría de los Derechos Humanos del Pueblo de Oaxaca ha documentado, desde 2016, 28 reportes de agresiones contra alumnas del nivel superior, la mayoría en la UABJO. Si se considera la cifra negra de 94% que calcula la universidad, en ese mismo periodo podrían ser más de 2 mil 632 casos que no se investigan porque no se denuncian.
Tres de los casos están en investigación y uno más fue concluido; éste último se trata de una denuncia presentada hace tres años por una alumna que cursaba la licenciatura de Entrenamiento Deportivo. El expediente 20/2015 indica que ante los señalamientos de acoso, el coordinador y el director de esta facultad fueron despedidos.
Otra de las quejas existentes es por el hostigamiento, en 2017, contra una trabajadora del Instituto de Investigaciones Sociológicas, cuyo expediente continúa abierto aunque la afectada renunció a su cargo tras la agresión.
Los otros dos casos que se indagan son de este año, uno denunciado por la víctima y el otro investigado por oficio, por tratarse del condicionamiento a dos alumnas por parte del director de Servicios Escolares.
Según las quejas, dos estudiantes, una de Idiomas y otra de Odontología, no han podido reintegrarse a sus clases porque su agresor les ha condicionado su reinscripción; el señalado aún no ha sido sancionado porque la investigación continúa.
“Existe una cultura de agravios constantes hacia las mujeres, a nivel general y, en ámbitos universitarios, la violencia de género aún es más complicada”, lo anterior lo refiere la defensora porque los agresores son también integrantes de la comunidad universitaria, principalmente profesores o trabajadores administrativos que violentan a las alumnas.
A través de esta área, indica, se busca la prevención del acoso sexual y violencia al interior de la universidad, con talleres que promuevan y empoderen los derechos de las mujeres.
“Buscamos fortalecer una cultura de respeto de los derechos de las universitarias y de todas las mujeres de esta universidad”. Ante el contexto de violencia, destaca, el reto al que se enfrentan “es muy grande”.