“Desaparecer OPLES sería retroceder a época del PRI”
Esto sería un atentado para los organismos autónomos, dice. Advierte que estados caerían en lo contrario al federalismo

Dentro de las más de 50 iniciativas de reforma electoral, el partido Morena impulsa en la Cámara de Diputados federal una propuesta para desaparecer los 32 Organismos Públicos Electorales Locales (OPLES). La iniciativa, además de polémica, es drástica porque implica un retroceso democrático para el país, según la consejera ciudadana del Instituto Estatal Electoral y de Participación Ciudadana de Oaxaca (IEEPCO), Carmelita Sibaja Ochoa.
En entrevista para EL UNIVERSAL, sostiene que des aparecerlos no sólo es un atentado contra los organismos autónomos, sino también para el pacto federado que da origen a nuestro país porque significa retroceder a los años en los que el PRI era el partido hegemónico en el país y controlaba todos los aspectos de la nación, incluidas las elecciones.
La iniciativa del diputado de Morena, Sergio Gutiérrez Luna, se sostiene principalmente en dos argumentos: el primero, porque afirma que hay duplicidad en las funciones que realiza tanto el Instituto Nacional Electoral (INE) y en las que realizan los OPLES. En el segundo sostiene que son muy costosos, en términos de los recursos públicos que se utilizan para su operación.
“No hay tal duplicidad de funciones. Lo que sucede es que hay una coordinación de funciones entre los organismos locales con el INE; cada organismo tiene sus funciones delimitadas y nos coordinamos, sí, en nuestras actividades.
“En lo segundo, que refiere el costo de las elecciones, los organismos electorales reciben un presupuesto que les es asignado en los gobiernos estatales, a través de la aprobación de sus presupuestos de egresos, pero lo que no se dice es que la mayor parte de esos recursos son destinados para el pago de las prerrogativas de los partidos políticos”, aclara la consejera electoral del IEEPCO.
En el caso de Oaxaca, por ejemplo, del total del presupuesto para el órgano electoral local, 73.18% se entrega a los partidos políticos como prerrogativas. Para el ejercicio 2019 se le destinaron 212 millones 44 mil 774.31 pesos, de los cuales 155 millones 182 mil 679.13 pesos serán para el financiamiento de los partidos y el resto, para los gastos de operación del IEEPCO, es decir, 56 millones 862 mil 95.18 pesos. Las prerrogativas de los partidos es lo que “infla” el presupuesto de los OPLES.
Además, advierte que, aunque desaparecieran los OPLES, los recursos de operación tendrán que trasladarse al INE para que esté en posibilidades de organizar las elecciones en el estado y apunta que se eliminarían los organismos que “despresurizan” los conflictos entre partidos políticos que participan en las elecciones, y los que hay donde se rigen bajo Sistemas Normativos Internos (usos y costumbres).
Además de los problemas que surgirían en la organización de las elecciones, ¿qué implicaciones tiene para el sistema democrático que se ha construido en el país?
—Si se desaparecen los OPLES en cada una de las entidades caeríamos, en automático, en una centralización que es lo contrario del federalismo. En un primer momento se podría decir que se está atentando contra los organismos públicos autónomos.
Desaparecer a los OPLES implica un retroceso. Es retroceder a cuando el PRI era el partido hegemónico en el poder y tenía prácticamente el control de todo. ¿Estamos hablando de retroceder a este punto otra vez? ¿O cuál es la intención de esta reforma?
Cuál es interés de desaparecer a estos organismos ciudadanos, porque está integrado por ciudadanos y ciudadanas, no somos personas que pertenezcamos al gobierno, somos ciudadanos que atendimos a una convocatoria y pasamos todo un procedimiento de selección para llegar aquí. “Tampoco somos improvisados”, asevera la consejera Sibaja Ochoa.
Uno de los argumentos es la austeridad y lo costoso de las elecciones en el país. ¿Considera que es una postura válida para desaparecer los OPLES?
—¿Hasta dónde es conveniente restar o que prime la austeridad sobre la certeza? El sistema electoral democrático mexicano sí es muy costoso comparado con el de otros muchos países, pero esto obedece a la desconfianza que hay en el mismo sistema por toda la historia que conocemos respecto a los procesos electorales (cuando éstos eran organizados por el mismo gobierno).
Estamos hablando que una boleta que ocupamos para emitir nuestro voto el día de la jornada electoral tiene más medidas de seguridad que un cheque de banco. Todo nuestro sistema electoral está rodeado de muchísimos candados que son lo que lo hacen costoso.
Pero es precisamente resultado de toda esta historia de desconfianza que llegamos hasta aquí.
¿Qué pasaría si redujéramos los costos? Vamos a hacer las boletas en papel bond como se hace en otros países del mundo. ¿Le resultaría confiable a la ciudadanía después de tantas cosas que se han visto? No es recortar por recortar, es muy plausible que se busquen eliminar gastos innecesarios, pero debe irse con mucho cuidado, porque se puede lastimar la confianza de la ciudadanía y que tenga un costo en la próxima elección.
Carmelita Sibaja opina que es sospechoso que la misma oposición que ayudó e impulsó la construcción de este sistema con el fin de hacerlo más equitativo y parejo, ahora que está en el poder busque desaparecerlo.