En el Templo de Santo Domingo Tlatayapam, del municipio de Teposcolula, que pese a contar con un 95 % de avance en los trabajos de restauración, fue afectado con daños menores por el sismo del 19 de julio. Ahí, el director general del INAH, Diego Prieto, señaló que se aplicarán recursos adicionales para las nuevas tareas de restauración.
El coordinador nacional de Monumentos Históricos del INAH, Arturo Balandrano, aseguró que gracias a las restauraciones hechas, el inmueble no sufrió daños severos, sólo en el campanario y en parte de la bóveda de la iglesia, pero ya se busca la manera de otorgarle más fuerza a la torre sin que sea una técnica agresiva para la construcción; por ejemplo, se pretende trabajar con nuevas tecnologías como fibra de carbón en lugar de acero o concreto, que le fueron adicionados a través de los años, y que generan cargas ajenas a la construcción original.
Sobre los daños al inmueble causados por los sismos de 2017, el arquitecto Irivar Santiago Villalba, responsable de la intervención a la iglesia del siglo XIX, expuso que fueron grietas en el campanario, en el intrados de la cubierta y en muros interiores de la iglesia, lo que no afecta la estructura del recinto. La comunidad se dijo agradecida por la atención del INAH en lo que respecta a la restauración de su edificación religiosa. Don Justino López, encargado de la sacristía de la iglesia, destacó que las autoridades responsables de los trabajos nunca dejaron de visitar el inmueble, aunque había veces que no tenían nada que ofrecerles a los trabajadores y al arquitecto responsable de la obra, más que su amistad y el agradecimiento por el apoyo recibido.
En la visita al Templo de San Bartolomé Soyaltepec, localidad que también pertenece al municipio de Teposcolula, el arquitecto resposable de la obra, Eloy Pérez Sibaja, indicó que los daños más significativos que sufrió el inmueble fueron identificados en la cubierta, y constaban de fisuras en tabiques de este elemento, lo que generó la filtración de humedad al interior del inmueble.
“Rehabilitamos la cubierta pero en el proceso descubrimos otras intervenciones hechas con anterioridad a base de materiales no compatibles con el sistema tradicional de construcción, como el cemento, que influyeron en la aparición de esa grietas al interior, por lo que se consolidaron éstas, se volvió hacer el recubrimiento del entortado para dar la geometría de la bóveda y se volvió a recubrir con el enladrillado”. Agregó los daños que tuvo el inmueble fueron grietas, como la que presentaba el coro, donde hay pintura mural, que no generan un problema estructural, sin embargo, se intervino esta parte del templo debido a la importancia de las grafías que datan del siglo XVIII.
El arquitecto Eloy Pérez Sibaja destacó que 60% de los trabajadores involucrados en la recuperación del inmueble son habitantes de las comunidades afectadas.
La restauradora Mireya Olvera, responsable de la intervención, explicó que para la pintura mural se tuvo que utilizar una técnica conocida como estrapo, que consiste en desprender la capa pictórica del muro para que éste sea reparado y después se reintegra. Pese a que al momento, los esfuerzos de los restauradores se centran en la pintura mural, Mireya Olvera mencionó que también se atenderán los ocho retablos, incluyendo el altar mayor.
Acerca del Templo de Nuestra Señora de Guadalupe, en Oaxaca, el arquitecto Arturo Balandrano explicó que las técnicas para la recuperación de la cúpula del importante templo mariano, serán presentadas al Consejo Consultivo porque son decisiones que deben perdurar para los siglos venideros.