Viernes al mediodía, sol a plomo en una plaza representativa de la capital, la fuente de las Ocho Regiones. Un inflable con logos del PRI, el escenario. Una decena de desganados jóvenes, el complemento. Sin gritos, sin porras, sin música, se limitan por unas horas a ondear banderas tricolores, en apoyo a José Antonio Meade y demás candidatos priistas. Después de las dos de la tarde, se nubla el cielo, recogen sus artefactos, y se marchan.

Como en ese sitio, así se la mayoría de cruceros de la ciudad y de los principales centros urbanos del estado. Un grupo de personas, de cualquier partido o candidato, que se asienta en esquinas, volantean por un rato, agitan banderas y ya. En los recorridos, el clientelismo para juntar gente y recorrer calles, sentarse a la mesa de un domicilio sencillo, tomarse la foto, hacer promesas, y ya.

Desangeladas

A menos de una semana de la fecha límite para realizar proselitismo político, el próximo 27 de junio, las campañas electorales lucen “desangeladas”: quedaron atrás los mítines multitudinarios, la algarabía de jóvenes contratados para hacer bulla en los cruceros viales, las lonas con las imágenes de los candidatos apenas se cuentan colgadas en algunas viviendas.

Ya no se recurre a las continuas ruedas de prensa y hasta los ataques a los adversarios se marginaron a las redes sociales con el uso, en su mayoría, de cuentas ficticias.

Persisten en cambio, la contratación de espectaculares y espacios de publicidad en el transporte público concesionado; los candidatos, además, han optado por enfocar sus esfuerzos en internet: contratan a comunicadores y personas con alto número de seguidores para dar retuit a sus publicaciones o compartirlas en Facebook.

Para especialistas y empresarios, las razones se explican por los tiempos cortos para la propaganda y mercadotecnia política, a las cada vez más estrictas reglas de fiscalización de los gastos de campaña y a que los tiempos oficiales en radio y televisión otorgados por el Instituto Nacional (INE) se concentraron en los candidatos a la presidencia de la república.

Además, muchos de los candidatos en el proceso electoral en Oaxaca están a expensas del efecto que puedan generar en el electorado los aspirantes presidenciales de sus respectivos partidos y coaliciones electorales.

Sólo presidenciales

“Las elecciones que tuvieron mayor cobertura en los diferentes medios de comunicación y en los tiempos asignados por el INE en radio y televisión fueron las presidenciales. Si nos salimos de la elección presidencial, las campañas en Oaxaca fueron de muy baja intensidad”, afirma Isidoro Yescas Martínez, investigador de la Universidad Autónoma “Benito Juárez” de Oaxaca (UABJO), y ex director general del Instituto Estatal Electoral y de Participación Ciudadana de Oaxaca (IEEPCO).

Especialista en temas políticos, sostiene que los candidatos a diputados federales y locales “estuvieron ausentes” a excepción de algunos distritos electorales.

Por el contrario, afirma que la elección de senadores fueron las más visibles y con mayor cobertura en los medios de comunicación; pero, porque hay una doble intención: no sólo se juega un escaño en el Senado de la República, también está en juego el proyecto de sucesión del gobernador Alejandro Murat Hinojosa y en la misma lógica de definir al candidato a la gubernatura de Oaxaca del resto de partidos y coaliciones electorales.

 

“En Oaxaca se está jugando ya la definición de la candidatura a gobernador del estado. Es muy claro que Raúl Bolaños que es el candidato del PRI, el ‘delfín’ del gobernador, tiene todo el apoyo del aparato gubernamental y de la estructura del PRI para su campaña. Es el mismo caso de Héctor Pablo Ramírez, que está en el mismo proyecto por el PRD y PAN.

“Se ha polarizado entre otros dos proyectos porque Susana Harp y Salomón Jara de Morena están prácticamente inalcanzables en las encuestas y preferencias electorales, y se da por hecho que tienen ganada la fórmula de mayoría. Lo que se está en disputa en Oaxaca es la primera minoría y es entre Héctor Pablo y Raúl Bolaños”, dice.

Isidoro Yescas agrega que los topes de campaña deben reformarse. En primer lugar, porque es evidente que los recursos asignados para sus campañas electorales no corresponden a lo que en realidad gastan los candidatos; para nadie es desconocido, que todos rebasan esos topes de campaña y recurren a estrategias para evadir la fiscalización. Tal vez por ello, su poca exposición en medios de comunicación.

“Algunos (candidatos) que se cuidan demasiado prefieren no hacer campaña, para no rebasar los topes”, señala.

Concejalías reñidas

La otra elección que atrae a los electores en el estado es la de los candidatos a concejales porque los ciudadanos los ven más cercanos, ya que gobernarán sus municipios.

El ex presidente de la delegación en Oaxaca de la Cámara Nacional de Comercio (Canaco) y presidente del Observatorio Oaxaqueño del Delito, Ernesto Jiménez Gutiérrez, da una de las explicaciones sobre la poca intensidad en las campañas electorales es la reducción de los tiempos para llevarlas a cabo.

Aunque está de acuerdo con esta medida, advierte que tiene un efecto contraproducente. El hecho, explica, de que la ciudadanía tiene menos tiempo para conocer a los candidatos por alguno de los cuales habrá de emitir su voto.

“Si antes la gente no sabía por qué candidato votar, ahora que son más cortos los tiempos, pues menos”, dice y apunta que se agudiza más, si los candidatos no hacen la labor de participar y difundir sus propuestas en forma ordenada y consecutiva.

Tanto Isidoro Yescas y Ernesto Gutiérrez coinciden en descartar que haya violencia en la jornada electoral del 1 de julio; habrá conflictos, dicen, pero tendrá niveles de mucha violencia.

“Ya non aquellas elecciones en que se disputaban a balazos la presidencia municipal y al día siguiente amanecían tomados decenas de palacios municipales. Más allá de la que ya se viene generando con el asesinato de candidatos, creo que vamos a tener unas elecciones normales con mucha tensión en algunos municipios y distritos”, dice Isidoro Yescas.

“Hemos notado que se ha soltado la violencia e inclusive el asesinato de candidatos y líderes; pero creemos que no sucederá el día de las elecciones”, opina Ernesto Gutiérrez.

El presidente del Consejo General del IEEPCO, Gustavo Meixueiro Nájera, --por su parte-- responde que las autoridades electorales continúan con el trabajo para que la ciudadanía pueda emitir su voto en libertad y en un “proceso dotado de certeza, equidad y transparencia”.