
“Lo vamos a pasar muy triste porque no tenemos dinero para Navidad, tuvimos un problema muy grave y nos quedamos sin nada, y por eso estamos aquí sufriendo”, dice Macrina Pérez, de 44 años de edad, madre soltera de cuatro hijos y pese a sus esfuerzos, no logra contener las lágrimas que se deslizan abultadas y lentamente sobre su rostro.
El pasado 3 de julio de 2017, alrededor de 140 familias fueron desalojadas violentamente de sus hogares por habitantes de la agencia Vicente Guerrero y de colonias circunvecinas, del municipio de la Villa de Zaachila. Los expulsaron con el uso de armas de fuego, con cohetes, machetes, palos; golpearon a algunos y prendieron fuego a sus viviendas.

“Nos trataron como si fuéramos unos criminales, rateros y violadores, secuestradores. Si lo son los líderes, se hubieran ido contra ellos, no contra las personas, contra la colonia, porque colonos nosotros no tenemos nada que ver.
“Nuestro error fue comprar un lotecito por económico que estaba, pensando por nuestros hijos más que nada y para qué, para que nos dejen sin nada otra vez”, manifiesta Ernestina Alfonso, también entre llantos.

Macrina Pérez ocupa un espacio de alrededor de dos metros cuatros cuadrados de una jardinera del zócalo para vivir con tres de sus hijos de 15, 19 y ocho años de edad, así como con su madre. Antes del desalojo trabaja en una casa en labores de limpieza y en los días libres, elaboraba tortillas y tamales para vender.
El día de los violentos hechos huyó junto con sus hijos hacia el cerro, cuando observó a la turba de la agencia Vicente Guerrero avanzar hacia su hogar tirando cohetes y balazos. Después de varias horas en las que observaron a lo lejos como destruían sus propiedades adquiridas con años de trabajo, un camión de militares llegó por ellos y los llevó a un albergue; posteriormente, fueron llevados al zócalo.
“Nosotros nos sentimos muy tristes porque no hay solución para nosotros, no hay arreglo, no sabemos si nos van a apoyar, porque si no, nosotros sólo estamos acá sufriendo en este frío”, exclamó.
Esta noche, la Navidad, la va a pasar con su familia exactamente como la dejaron hace cerca de seis meses. No preparara ningún alimento especial, porque no tiene dinero, porque no tiene trabajo.
“No vamos a preparar nada. Vamos a pasar el 24 ahora sí muy triste. Pero yo digo que lo importante es que esté Dios con nosotros, las cosas lo de menos”, finaliza con algo de esperanza.

Ernestina Alfonso también es madre soltera. En el improvisado hogar construido con lonas en una de las jardineras del zócalo capitalino vive con sus dos hijos, uno de cuatro años de edad y otro de 26 años; este último, cuando era niño sufrió parálisis cerebral y aunque puede caminar, no se vale totalmente por sí mismo.
Ella no estaba cuando ocurrió el desalojo, en su casa solamente estaban sus dos hijos. Cuando se entera se dirige rápidamente a su casa, pero es retenida por los pobladores quienes amagaron con lincharla; a su hijo, el mayor, lo golpearon.
“Con tanto esfuerzo ahorrábamos, aunque el terrenito fue en pagos, pero era con sacrificio. Eso no es justo y ese dolor y ese sufrimiento nunca lo vamos a poder olvidar. Nunca. Al menos mis hijos, el otro, aunque esté chiquito, me dice: mamá por qué los policías nos sacaron a balazos, porque quemaron nuestras casas, porque quemaron la escuelita. ¿Qué le contesto?”, expresó.

Funcionarios del gobierno estatal, aseguró, le pidieron que se fuera con un familiar o que rentara dónde vivir; pero sostuvo que ella no estaba de “arrimada” el día que la desalojaron, no tiene por qué hacerlo ahora y que no se moverá del Zócalo hasta que no le den un espacio en el que pueda vivir dignamente con sus hijos.
“Cuando Alejandro Murat anduvo levantando votos, que uno lo apoyara, ahí estuvimos y hasta mi hijo se tomó una foto con él, cuando andaba en su campaña y ahora qué pasa, nos tiene votados aquí como si fuéramos basura. Le pido por todos los compañeros que estamos aquí, que los niños tengan un hogar, un lugar en dónde estar y dónde crecer, para que puedan ir otra vez a la escuela”, dijo.
Sobre la Navidad, Ernestina Alfonso manifestó: “Vamos a pasar la Navidad como lo hemos pasado durante seis meses, sin nada, sin dinero”.
