La Secretaría de Cultura y el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) informaron que se concluyeron los trabajos de restauración de diversas estructuras de la Zona Arqueológica de Quiotepec, que resultaron con graves afectaciones por el sismo del 7 de septiembre de 2017.>>
El sitio arqueológico ubicado al norte del estado de Oaxaca, entre la Sierra Mazateca y la serranía Mixteca-Chocholteca dentro de la Reserva de la Biosfera Tehuacán-Cuicatlán presentó daños estructurales en tres edificios: la plataforma de cimentación del Conjunto 4, correspondiente a los muros norte y sur; el muro oriente del Conjunto 3; y la esquina sureste y muro oriente del Juego de Pelota, que forma parte del Conjunto 5.>>
Jorge Bautista Hernández, arqueólogo del Centro INAH Oaxaca y responsable de las labores de recuperación de este sitio patrimonial ubicado en la región de la Cañada, precisó que el sismo provocó daños mayores en los edificios, en esencia estructurales: colapsos de secciones completas de muros de mampostería, grietas y fisuras, acumulación de escombros, desplomes y alabeos (deformación y curvaturas por empujes laterales de los rellenos constructivos).>>
El sitio arqueológico de Quiotepec, cuyo nombre significa “Cerro del Quiote” o “Flor de maguey”, consta de numerosas construcciones arquitectónicas las cuales se distribuyen en la cresta y laderas de un gran macizo rocoso, enmarcado por el río Grande o Papaloapan Alto, proveniente de la Sierra Norte de Oaxaca y por el Río Salado, que drena sus aguas al Valle de Tehuacán.
Es un sitio de carácter monumental definido por varias plazas cívico-ceremoniales rodeadas de basamentos piramidales y plataformas rectangulares, dos juegos de pelota, además de un número importante de terrazas artificiales acondicionadas de forma escalonada mediante muros verticales de varios metros de altura, construidas a base de piedras irregulares aglutinadas con lodo y que en algunos casos aún conservan los recubrimientos de cal y arena (estuco).
También hay palacios y casas de uso doméstico con muros de adobe y pisos de estuco. En ocasiones asociadas a estas construcciones es común encontrar tumbas de piedra, algunas muy elaboradas y lujosas con restos de pintura y en otros casos sencillas a manera de cajón rectangular sin ningún tipo de decoración.>>
Tras la aprobación del proyecto ejecutivo de restauración por parte del Consejo de Arqueología del INAH, la atención contempló diferentes fases de intervención como limpieza y desyerbe, levantamientos de planos arquitectónicos y topográficos, apuntalamientos, excavación arqueológica, liberaciones arquitectónicas, retiro de escombros, estiba y acarreo de materiales, recimentación de muros, labores de reintegración de mamposterías colapsadas, integración de elementos faltantes o destruidos en muros de mampostería e inyección de grietas.>>
El arqueólogo Jorge Bautista Hernández explicó que el sismo del 7 de septiembre fue el detonante de los graves problemas de deterioro que ya presentaba el lugar por la debilidad y pérdida de la capacidad estructural de los materiales de construcción (piedra de origen arenisco y el aglutinante de lodo), que por años han estado expuestos de manera continua a la erosión provocada por el viento y las lluvia, deslavando y desintegrando significativamente el aglutinante de lodo con las que están unidas las piedras.>>