Vela Istmeña: Querétaro abraza tradiciones oaxaqueñas
Esta celebración, que se lleva a cabo por segundo año en Querétaro, surge en solidaridad hacia el Istmo, después del terremoto de 2017 que afectó sobremanera a Juchitán y que unió a los juchitecos que viven en esta entidad.

Avivar la cultura zapoteca fuera de Oaxaca y poder compartirla en un estado como Querétaro es posible gracias a la comunidad oaxaqueña, que por segundo año consecutivo se reúne para celebrar la tradicional Vela de San Vicente Ferrer -Santo Patrono de Juchitán de Zaragoza--, tal como se festeja en las comunidades del Istmo de Tehuantepec, en esa entidad.
La oaxaqueña, María Fernanda López Gallegos, explicó que en Querétaro son alrededor de 750 personas originarias del Istmo quienes acudirán a la fiesta, pero no se sabe la cifra exacta de los istmeños que aquí radican.
“Hay muchas personas de la tercera edad que son de Juchitán y que sus hijos ya crecieron aquí, pero que están siguiendo las tradiciones a distancia”, recalcó López Gallegos.
Agregó que el sábado se llevaron a cabo varias actividades, que comenzaron con una misa en honor a San Vicente Ferrer; seguido por un desfile, conocido como “Regada de frutas”. En el caso de Querétaro, explicó, se nombran capitanas y capitanes que llevan un estandarte al frente, con su nombre y un flequillo dorado.
“En Juchitán, incluso, regalan juguetes, trastes y van en carros alegóricos, pero por las condiciones en las que estamos todos fuimos caminando, dieron varios regalos tradicionales de Juchitán. Al frente están encabezando las reinas, la saliente de 2018 y la entrante”, agregó.
Destacó que la reina debe de cumplir con ciertas características para poder serlo: debe de ser originaria de Juchitán, hablar zapoteco, pues parte del discurso lo dará en ese idioma; además de conocer las tradiciones istmeñas, sin importar donde viva.
Después del desfile, que se acompaña con una banda tradicional --que en esta ocasión los integrantes de la agrupación viajaron desde Juchitán--, para el día domingo se prepara la tradicional “lavada de olla”.
La oaxaqueña añadió que esta celebración, que se lleva a cabo por segundo año en Querétaro, surge como una manera de unirse la comunidad, después del terremoto de 2017 que afectó sobremanera a Juchitán y que unió en solidaridad a los juchitecos que viven, en este caso, en Querétaro.
Puntualizó que le parece importante que estas fiestas se lleven a cabo fuera de Oaxaca, pues es una muestra de que no olvidan sus raíces, a pesar de estar lejos de su tierra.
Texto: Domingo Valdez
Fotos: Demian Chávez