Deuda por basura. Empresa exige pago de 10 mdp
La contratación de la empresa encargada de la operación del basurero se realizó en sexenio de Gabino Cué
El bloqueo que mantiene cerrado al tiradero municipal en la Villa de Zaachila, dejó al descubierto una serie de problemas en torno al manejo de residuos sólidos en la zona metropolitana de la ciudad de Oaxaca y ha derivado en una crisis sanitaria que mantiene en jaque a los Valles Centrales desde la semana pasada.
Entre los principales problemas se encuentra la falta de espacio para recibir los desechos, la disputa por el control de los predios en donde se estableció ilegalmente un asentamiento urbano que rodea al relleno sanitario, además de contaminación ambiental y un manejo poco transparente de parte de las empresas responsables del basurero.
Durante seis años y hasta marzo pasado, la empresa encargada del relleno fue Sistemas de Ingeniería y Control Ambiental (SICA); ella era responsable de la operación, mantenimiento y monitoreo ambiental del basurero y su contratación corrió a cargo de la administración del ex gobernador Gabino Cué; el manejo del basurero se otorgó sin licitación de por medio y el monto aprobado fue de 160 millones de pesos.
De acuerdo con información proporcionada por la firma, su contrato finalizó el 31 de octubre de 2016, no obstante, la propia Secretaría del Medio Ambiente, Energías y Desarrollo Sustentable (Semaedeso) solicitó la continuación de las operaciones en el tiradero hasta marzo de 2017, que incluyen rescate, saneamiento, conversión a relleno sanitario y aprovechamiento de biogás.
A pesar de ello, la empresa denunció que los cinco meses restantes no fueron erogados, lo que representó un pago pendiente por 10 millones de pesos. Tras la denuncia pública del adeudo, Jóse Luis Calvo Ziga, titular de la Semaedeso pidió a la empresa transparentar el uso de los recursos totales a los que asciende dicha deuda pendiente.
Aún sin cubrir el adeudo, la Semaedeso |instaló a la empresa Alianza Empresarial Larvin, la cual también tomó el control del relleno sin mediar licitación alguna; de acuerdo con el titular del Semaedeso, se trató de una medida emergente para evitar un problema ambiental.
Actualmente, se busca que el tiradero entre en el esquema de Asociación Público Privado para poder gestionar las mejoras que incluyen el tratamiento apropiado de los residuos. Desde abril pasado la Semaedeso anunció que la capital tendría un nuevo espacio con tecnología de vanguardia en el manejo de residuos, para el cual se disponía de un fondo de 450 millones de pesos; no obstante, hasta el momento se desconoce cuál será la ubicación.
Daños ambientales
El tiradero, donde depositan sus desechos una veintena de municipios, entre ellos la capital, se asienta en un área de 17.08 hectáreas y ha permanecido en operaciones desde su apertura en el año 1981, es decir, hace más de 30 años.
De acuerdo con datos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), en el sitio se depositaban, hasta 2006, 650 toneladas de basura diariamente; Actualmente, tan sólo en la ciudad de Oaxaca los camiones recolectan 750 toneladas de desechos sólidos, mismas que son llevados a dicho sitio.
Desde hace una década, el gobierno estatal consideró la posibilidad de cerrarlo definitivamente y habilitar un espacio nuevo que requerirá una inversión aproximada de 450 millones de pesos, lo que, de acuerdo con las autoridades involucradas, terminaría con los conflictos que suceden continuamente en la zona.
En febrero del 2016, la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) ratificó una multa por 2 millones 56 mil 890 pesos, impuesta por esta dependencia federal al municipio de Oaxaca de Juárez, tras una inspección realizada en 2011 en la que se constató su responsabilidad en la contaminación de suelo natural derivado de la operación inadecuada del basurero municipal de Villa de Zaachila.
El Séptimo Tribunal Colegiado en materia administrativa del primer circuito le negó al municipio de Oaxaca de Juárez el amparo que interpuso contra la resolución.
Durante la inspección, la Profepa realizó tomas de muestras correspondientes, mismas que fueron analizadas por la Red Nacional de Laboratorios Ambientales, en las que se detectó un punto de contaminación con arsénico y tres puntos de contaminación con vanadio, cuyas concentraciones rebasan los límites máximos permisibles establecidos en la Norma Oficial Mexicana NOM-147-SEMARNAT-SSA1-2004.
Disputas latentes
La zona del basurero está considerada como un cinturón de miseria a pesar de estar ubicado a menos de 30 minutos del centro de la ciudad.
Hace dos décadas, simpatizantes del Frente Popular Revolucionario (FPR) echaron raíces en los alrededores del tiradero y fundaron la colonia González Guardado y la agencia Vicente Guerrero.
Para subsanar el problema de espacio y prolongar la vida del relleno sanitario, el gobierno local adquirió los predios correspondientes a 30 hectáreas ubicadas en la parte alta que rodean al basurero; éstos eran empleados como campo de tiro y permanecían bajo la tutela de los Servicios de Salud de Oaxaca (SSO), mientras se destinaba el presupuesto correspondiente para acondicionar el área que incrementaría el tamaño del tiradero.
Hace seis años, éstos fueron invadidos por el FPR, que después mutó en Frente Popular “14 de Junio”, comandados por su dirigente, Francisco Martínez, conocido como Don Panchito. La organización se apoderó de los predios que ahora se conformaron como las colonias Pancho Villa, Ché Guevara, Las Peñas y Bicentenario, todas irregulares.
Los simpatizantes del frente convirtieron la zona en su centro de operaciones, la mayoría dedicados a la operación de taxis y mototaxis, cobraban derecho de piso a comerciantes, arremetían contra otros pobladores y fueron señalados, en repetidas ocasiones, como responsables de diversos actos delictivos y hasta violaciones.
Luego de los hechos violentos del 3 de junio, 18 de agosto, la falta de respuesta de las autoridades a las peticiones de la agencia Vicente Guerrero, que refieren al encarcelamiento de los líderes de “14 de Junio”, su salida de la zona de conflicto y la garantía de seguridad, desencadenó otra protesta y toma del basurero, esto tuvo como consecuencia pestilencia y toneladas de basura en las calles. Mientras, la capital de Oaxaca sigue inmersa en una crisis de basura y pestilencia sin precedentes.