Pero desde esta declaratoria – mecanismo que consiste en un conjunto de acciones gubernamentales de emergencia para enfrentar y erradicar la violencia feminicida –, 90 mujeres y niñas han muerto de manera violenta y de acuerdo al seguimiento hemerográfico, en lo que va del año 2019, han muerto de manera violenta 56 mujeres y niñas.
De la misma manera, apuntó que se puede observar que se mantiene una violencia feminicida en Oaxaca, pero que desde la administración estatal pareciera que no hay un reconocimiento del problema, “porque el ocultar, tergiversar o manejar políticamente la información no permite dimensionar su gravedad”.
GesMujer insistió en que cada asesinato de mujeres y niñas deben investigarse como feminicidio porque en principio sería para castigar de acuerdo a la tipificación de un delito grave, aunque con los elevados niveles de impunidad, dijo, no hace la diferencia.
Sin embargo señaló que a nivel político presentar un mayor número de feminicidios durante la administración, se puede identificar como un criterio de falta de eficiencia en la atención hacia la violencia de género y por lo tanto aumenta la presión política.
En su informe puntualizó que de las 56 mujeres y niñas asesinadas en 2019, en el 91 por ciento de los casos se desconoce quién o quiénes fueron los agresores; 75% de las muertes se realizaron con armas de fuego, “lo que significa que son las mujeres quienes están pagando con su vida los costos de una omisión grave en cuanto al control y uso de armas de fuego en Oaxaca” y que en 32% de los casos de muertes violentas han ocurrido en la región del Istmo de Tehuantepec.
Asimismo, que 54% de las muertes violentas se dieron entre niñas y mujeres de 15 a 44 años.
“En la etapa productiva y reproductiva, se dieron los mayores niveles de violencia feminicida, lo que significa que se truncaron oportunidades para el desarrollo de nuestro estado, mujeres jóvenes con capacidad de trabajar y aportar a sus familias y a su comunidad. Mujeres en edad reproductiva que dejan a hijas e hijos huérfanos, quienes a su vez serán una responsabilidad de abuelas y abuelos, con altas probabilidades de reproducir el ciclo de la pobreza.”, apuntó.
También advirtió que en lo que va del año tres mujeres entre 15 y 29 años se suicidaron. Exppicó que aún y cuando no están incluidos en las estadísticas de muertes violentas, se lleva un registro debido a que un porcentaje elevado de mujeres que viven situaciones de violencia de género, han considerado alguna vez el suicidio como una forma de escapar a su situación y de ellas un porcentaje menor sí lo han intentado.
GesMujer concluyó que la forma extrema de violencia de género contra las mujeres es la violencia feminicida, por ello, si bien es urgente avanzar en el reconocimiento de la problemática, investigando cada caso desde una perspectiva de género, paralelamente se deben reforzar las acciones para la prevención de la violación a los derechos humanos de las mujeres y las niñas tanto en el ámbito privado como público.
“Reconocemos que la problemática es compleja, pero una asignación de recursos suficientes y oportunos, una capacitación en perspectiva de género y una voluntad política clara, son indispensables para garantizar la libertad, la seguridad y la vida de las niñas y las mujeres de Oaxaca”, finalizó.