La Guelaguetza se viste de luto por sismos
Usan acordes del “Son Guendanabani” para recordar a víctimas; juchitecos agradecen a los que les tendieron la mano
La entidad vivió dos lunes de alegría, folclor, fiesta, costumbres y tradiciones de los pueblos de sus ocho regiones. Pero el luto por los sismos de septiembre también invadió ayer el Auditorio Guelaguetza del cerro del Fortín, en la capital.
Los acordes del “Son Guendanabani” anunciaron la entrada de mujeres en trajes de luto. El color negro en sus faldas y resplandores que ensombreció el acostumbrado bordado de bellas flores quedó eclipsado por el recuerdo de la tragedia, por el sismo del 7 de septiembre y sus réplicas, que dejaron sin casa y sin patrimonio a miles de familias istmeñas.
La canción empleada para despedir a los seres queridos fue usada en esta ocasión para rendir tributo a los que se fueron con la tragedia. Después de entregar flores y velas en honor a los que han partido, las mujeres se despojaron de sus prendas negras para continuar con una fiesta que se volvió a vestir de color, al ritmo de sones característicos de la región.
“Es para ellos, para los que se fueron, pero hay que recordarlos con alegría”, dijeron, momentos antes, los integrantes de la delegación que llenó de emotividad el escenario al grito de: “¡Viva Juchitán!” y “¡viva el Istmo!”.
Antes de culminar su participación, los juchitecos aprovecharon para agradecer a los oaxaqueños y a todo el país que les tendió la mano luego de la tragedia: “¡El Istmo está de pie!”, dijeron antes del ensordecedor aplauso que cerró su participación.
Los actos
Las ediciones matutina y vespertina deslumbraron a unas 50 mil personas en los dos Lunes del Cerro de la Guelaguetza.
“¡En Oaxaca sigue la fiesta!” y al sonido de la chirimía se anunció el segundo lunes en la capital del estado. La otrora llamada Rotonda de las Azucenas se volvió a vestir de color para cautivar a propios y extraños con su cultura, floclor y música.
La Diosa Centeótl, Francisca Pérez Bautista, presidió la festividad, en el palco principal, en que estuvieron el gobernador Alejandro Murat y su esposa Ivette Morán, así como diplomáticos invitados, entre ellos de Colombia, Corea del Sur y Reino Unido.
Villa de Tututepec de Melchor Ocampo, San Pedro Ixcatlán, las infaltables tuxtepecanas con su “Flor de Piña”; los de la Sierra Sur con San Francisco Sola; el misticismo de Huautla de Jiménez, colmaron de algarabía el auditorio.
A la delegación de Teococuilco de Marcos Pérez le tocó hacer gala de su equilibrio y habilidad al ejecutar el “Jarabe de la Botella”. Portando enormes y coloridos penachos, hombres de San Bartolo Coyotepec representaron la Danza de la Pluma, episodio que hace alusión a la conquista.
La Costa estuvo presente con Huatulco, Tlacolula de Matamoros y su mayordomía a la Virgen de la Asunción. Esto por citar algunas de las delegaciones que estuvieron en las dos ediciones de ayer, que culminó por la noche con una monumental quema de juegos pirotécnicos.
En entrevista, el gobernador Alejandro Murat aseguró que las fiestas se desarrollaron en un clima óptimo, registrando niveles máximos de ocupación y visitantes; calculó una derrama económica de 700 millones de pesos. En tanto, la Secretaría de Turismo local reportó niveles de ocupación de 99% en establecimientos de hospedaje en la capital, mientras que en la Costa se ubican en 60%.