"Nuevamente hemos sido víctimas de robo e intimidaciones, justo cuando intentamos movilizar acciones para recordarte y exigir justicia", denunció la familia de la activista Sandra Domínguez, quien fue desaparecida y asesinada junto con su esposo Alexander Hernández el 4 de octubre de 2024.

A través de una carta pública, la familia no dio más detalles sobre estás intimidaciones y robo, pero señaló que es reflejo de la impunidad que existe en el caso.

"No lo vemos como coincidencia, sino como un reflejo de que el miedo sigue siendo su herramienta preferida. Pero no podrán callar lo que sembraste".

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En el escrito, afirmaron que Oaxaca es un estado lleno de impunidad en el que se protege a violentadores y donde protestar es la única forma de acercarse a la justicia, aunque eso te cueste la libertad, o la vida misma.

Tanto en Oaxaca como en el país, agregó, la desaparición de personas y los feminicidios siguen en aumento, se criminaliza la protesta y se persigue a quienes luchan.

"Lo que te ocurrió no fue un hecho aislado. Fue el resultado de un sistema que permite, encubre y muchas veces perpetúa la violencia. Un sistema que castiga la verdad y premia el silencio. Te quisieron silenciar, pero sembraron un eco que ya no pueden detener.

"Tu caso, Sandra, no es la excepción. Es el espejo de una realidad sistémica que nos duele todos los días. Pero también es un llamado a no ceder, a seguir nombrando, exigiendo, recordando".

La familia también recordó el día en que recibieron la noticia de su desaparición y las movilizaciones que tuvieron que realizar para exigir su aparición con vida

"Avisaron que no respondías. Intentamos comunicarnos contigo; tu teléfono aún tenía señal, pero ya no contestabas. Mamá comenzó a angustiarse, y todos sentimos cómo un hueco se iba abriendo en el estómago. Buscamos la forma de ir a buscarte... y fue ahí donde todo comenzó".

Desde entonces, manifestó que la vida para la familia y para las personas que la conocieron nunca volvió a ser igual, y que pese a las intimidaciones, persecuciones y amenazas, lograron que volviera a casa.

"Quizá no como queríamos, pero logramos presionar para que te encontraran. Tu cuerpo regresó, pero tu sonrisa (esa con hoyuelos que se formaban de lado a lado) ya no estaba. Tus ojos ya no irradiaban la luz de motivación que nos regalabas cada día".

Además, aseguró que hay muchas cosas que se callaron (por las autoridades) porque no convenía que se supieran.

"Pero de algo estamos seguros: nadie pudo callar lo que tú gritaste a los cuatro vientos... Conmemoramos el día en que te arrebataron de nuestro lado. El día en que arrancaron tu flor de vida, sin darse cuenta de que sembraron en la tierra semillas de lucha, dignidad y memoria".

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