Ante expansión de agave en el Istmo de Oaxaca, promueven cultivo sostenible y sin deforestación
Con una propuesta de sistema de plantación que es amable con el medio ambiente, José Trinidad cultiva el maguey que termina en la destilación de su mezcal artesanal Tío Ro, el único istmeño
Juchitán.— Hace seis años, José Trinidad Gaytán decidió emprender un proyecto de cultivo de maguey en tierras de Jalapa del Marqués, adelantándose a la fiebre de hoy en la siembra de la especie espadín en el Istmo de Tehuantepec y además con una propuesta de sistema de plantación que es amable con el medio ambiente.
El agave que cosecha José Trinidad termina en la destilación de su mezcal artesanal Tío Ro, el único mezcal istmeño que se produce y se vende en el mercado nacional. Por esta bebida obtuvo en 2020 la medalla de plata en el concurso mundial Spirits Selection.
Tendencia al crecimiento.
Dos años antes de que José Trinidad Gaytán comenzara sembrando maguey, en tan sólo dos hectáreas de tierra en Jalapa del Marqués, una empresa trasnacional también inició una siembra destinada a la casa productora Del Maguey sobre 100 hectáreas, extensión que hoy avanza con la renta de tierras y la cosecha de miles de piñas.
Otros pequeños productores de la zona se unieron entonces al auge del cultivo y actualmente en Jalapa se sabe que hay maguey sembrado en más de 150 hectáreas, que sumarán muchas más, pues existe la proyección de un considerable aumento en los cultivos durante los próximos años.
Cultivo sin conciencia
Pero el cultivo del maguey, no sólo en Jalapa sino en otras poblaciones de la zona oriente del Istmo, se realiza de manera violenta y con una gran desinformación, pues los productores consideran que sólo en laderas se consigue una buena cosecha, lo que provoca la deforestación de cerros y campos vírgenes para los nuevos cultivos, sin aprovechar los espacios ya limpios en la planicie, utilizada siempre para la agricultura.
“En el Istmo ya estamos con la fiebre del maguey. En los últimos cinco años creció en Jalapa, en Ixtepec, en la zona de Niltepec, Chahuites, Reforma y así seguirá avanzando porque el proyecto del Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec impulsará en los parques industriales la agroindustria. En Veracruz, la piña; en el Istmo, el mango, el limón y el maguey para mezcal. Así que se empezará una gran deforestación preocupante que dejará al Istmo sin vegetación y un gran impacto negativo al ambiente”, explica el ingeniero agroindustrial y doctor en economía agrícola.
Muchos productores de la zona, dice, están podando y quemando nuevos terrenos, lo que provoca la desertificación, además de un futuro con escasez de leña, que es indispensable para la vida local, aparte de la destrucción del hábitat de plantas y animales endémicos.
Rotación, la propuesta
En un predio de cinco hectáreas cerca del punto Yati, en Jalapa, José Trinidad tiene una plantación de 15 mil nuevos magueyes, que en cinco años le darán alrededor de 500 toneladas de piñas. Mientras, entre surco y surco sembrará ajonjolí en julio, que podrá cosechar en un año, obteniendo así unas cuatro toneladas.
En años pasados ha intercalado magueyes con maíz y sorgo, granos que tienen demanda en el mercado nacional.
Con los cultivos intercalados, como lo propone José Trinidad, se ayuda a optimizar la fijación de nitrógeno al suelo, esencial para el crecimiento de las plantas, además de que esto ayuda a frenar la expansión de las plagas, a diferencia de los monocultivos, propensos a éstas.
Asimismo, durante la temporada de lluvias se permite el crecimiento de maleza, para evitar la erosión de la tierra, entre otros beneficios.
Este método también da trabajo a la mano de obra local, pues para el cultivo del agave se contratan hasta 20 personas por espacio de dos meses. Después, toca el turno a jornaleros para la siembra de los otros cultivos. El trabajo en los campos de maguey nunca termina, ya que la vigilancia constante de los trabajadores para lograr buenas cosechas es esencial.
Al ser el cultivo del maguey una nueva propuesta agrícola en la región, José Trinidad considera que es urgente que las instancias federales y estatales impulsen proyectos de sustentabilidad en la cadena de valor del agave-mezcal y que no sólo se concentren en las regiones históricamente mezcaleras.
Sostiene que en el Istmo se está a tiempo de fomentar prácticas sostenibles con un enfoque integrado de gestión del paisaje para reducir el monocultivo de agave, promover la protección de especies silvestres y restaurar y mantener los servicios ecosistémicos que proveen las selvas secas. , pues con él busca evitar la deforestación.