En un evento convocado por la dirigencia de Morena en Oaxaca, Jara Cruz celebró convertirse en el mandatario número 22 emanado de ese partido y aseguró que encabezará un gobierno austero e intercultural, donde “nadie se quedará atrás y nadie se quedará afuera”.
Tras recibir el bastón de mando de mano de tatamandones de San Pedro Jicayán, un símbolo de poder comunitario entre los pueblos indígenas, así como una limpia de médicas tradicionales mazatecas, el mandatario se comprometió a retomar las prácticas culturales de las comunidades originarias, como el tequio, el trueque, la gozona y la Guelaguetza. Y, repitiendo las palabras del presidente Andrés Manuel López Obrador, dijo que no volverá a existir un “gobierno rico y pueblo pobre”.
A cada una de las promesas del mandatario siguió el aplauso y el estallido de júbilo cuando presentó los 12 ejes de su gobierno, con los que, prometió, atenderá los “graves problemas” que laceran a Oaxaca.
Jara Cruz prometió acabar con la corrupción; disminuir brechas históricas de la desigualdad; incrementar la seguridad y promover la paz con justicia en todas las comunidades; garantizar una vida libre de violencia a las niñas y mujeres oaxaqueñas y consolidar el proyecto del Corredor Interoceánico.
“Esta es la hoja de ruta y el nuevo pacto social comunitario que habremos de seguir para construir un mejor futuro”.
Durante su discurso, dijo que se terminó “la larga noche neoliberal” de los gobiernos del PRIAN y que inició la austeridad de la “primavera oaxaqueña”.
El morenista prometió que durante su gobierno no seguirá aumentando la deuda ni se pedirá ningún préstamo.
También acusó que se manipuló la información para ocultar trabajos de infraestructura inconclusos que constituyen grandes “elefantes blancos”.
Informó que presentará ante el Congreso un paquete de iniciativas, entre las que se encuentran la ley de austeridad republicana para Oaxaca, reformas en materia de revocación de mandato y de consulta popular; de transparencia y anticorrupción, paridad, la ley de desplazamiento forzado interno, así como reformas para el fortalecimiento y democratización del Poder Judicial, de inteligencia patrimonial para la creación de una instancia para devolverle al pueblo lo robado. “Se acabó el saqueo”, sentenció el mandatario.
Expuso su disposición a dialogar con todos los actores políticos y sociales: “Gobernaré para todos, y por el bien de todos primero los pobres”. Y prometió que no habrá lujos, corrupción ni impunidad.
“No habrá doble estándar, se acabarán los privilegios para unos cuantos a costa del pueblo de Oaxaca, no estará al servicio de las élites ni permitiremos que vengan de otros lugares a aprovecharse de la bondad de nuestros pueblos”, apuntó.
Los integrantes del magisterio oaxaqueño, encabezados por Yenny Pérez Martínez, nueva secretaria general, lo recibieron con gritos de “¡fuera, fuera!”. Agregaron que “no importa quien gobierne, los derechos se defienden”.