Aquí en la zona de Nativitas Coatlán, explicó el campesino Silviano Ruiz, entre 1980 y el año 2000 se perdieron más de mil hectáreas de café porque la gente no tuvo formas para combatir la roya y prefirieron abandonar los cultivos. Muchos hijos de los cafeticultores se fueron a Estados Unidos ante la crisis del aromático, añadió.
Ahora es diferente, contó el campesino Miguel Ángel Martínez, de la región de Guigovelaga que pertenece al municipio de Santiago Lachiguiri. “Allá por el año 2000, muchas plantaciones del café de la variedad arábiga, de las mejores, de las que se pagaban a mayor precio, empezaron a sucumbir. Unos dijeron que fue el cambio climático”, recordó.
Pese a todos los problemas que han enfrentados los cafeticultores de la zona zapoteca-mixe, la producción se va recuperando paulatinamente, las nuevas plantas renovadas de café ya empiezan a producir, indicó el asesor de la Unión de Comunidades Indígenas de la Región del Istmo (UCIRI), el sacerdote Frans Van der Hoff.
Aunque la entidad oaxaqueña va rezagada en producción, comparativamente con Puebla, Veracruz y Chiapas, que concentran la mayor productividad cafetalera del país, va recuperándose poco a poco, porque los cafeticultores de la montaña zapoteca-mixe van encontrando formas orgánicas para combatir la roya, expresó el asesor de UCIRI.