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La Declaración de Guidxi guié’ (Juchitán) y Guenda rudxhiíba guendaró stinu (Soberanía Alimentaria) destacó que en esta Quinta Conferencia compartieron las amenazas que enfrentan en sus países de origen y que ponen en riesgo la supervivencia de la vitalidad y diversidad originales del maíz y que también amenazan nuestra propia supervivencia como Pueblos y Naciones.

“Mientras dependamos de la comida rápida y moderna en lugar de restaurar y utilizar nuestros alimentos, semillas y métodos de cultivo tradicionales, no seremos independientes. Seguiremos siendo controlados por aquellos que buscan mantenernos colonizados”, señalaron al tiempo de advertir que el recurrente uso de pesticidas tóxicos traerá enfermedades.
Si permitimos que las prácticas extractivas de desarrollo contaminen el agua y la tierra, nuestros cultivos no prosperarán y pasaremos hambre. Si permitimos que nuestras semillas sagradas tradicionales se modifiquen genéticamente y se pongan en el mercado, perderán su memoria ancestral y no estarán allí cuando más las necesitemos, auguraron.
Al tiempo de agradecer al maíz por las tortillas, el atole, el pozol, el “bupu”, los tamales, los moles y otros alimentos tradicionales, pidieron a gobierno federal y estatal “la revisión de la producción insostenible de agaves en las diversas regiones del Estado de Oaxaca, en particular en la región del Istmo de Tehuantepec”, que no son propias de la región.