Devolver dignidad al magisterio, reto del nuevo comité: Yenny Pérez, primera dirigente de la Sección 22

Yenny Pérez dice, en entrevista con EL UNIVERSAL, que la educación debe ser de acuerdo a la cosmovisión, lengua y cultura, lo cual es posible con el Plan para la Transformación de la Educación de Oaxaca

Devolver dignidad al magisterio, reto del nuevo comité: Yenny Pérez, primera dirigente de la Sección 22
Devolver dignidad al magisterio, reto del nuevo comité: Yenny Pérez, primera dirigente de la Sección 22. Fotos: Edwin Hernández
Estatal 20/12/2022 11:18 Juana García Actualizada 11:18

Juxtlahuaca.– Yenny Aracely Pérez Martínez, primera mujer en convertirse en secretaria general de la Sección 22 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), tiene claro que la educación en Oaxaca debe ser de acuerdo con la cosmovisión, lengua y cultura de las comunidades, lo cual sólo es posible, afirma, con el Plan para la Transformación de la Educación de Oaxaca (PTEO).

Originaria de San José Konkixp, comunidad mixe del municipio de Tamazulápam del Espíritu Santo, en la Sierra Norte, Pérez Martínez se desempeñaba como directora y profesora multigrado en la escuela primaria de su pueblo antes de ser electa para el máximo cargo de un sindicato que agrupa a unos 80 mil profesores.

En entrevista con EL UNIVERSAL, afirma que el nuevo Comité Ejecutivo Seccional (CES) restablecerá una “verdadera bilateralidad” con las bases del magisterio que “ha estado en declive” y que están en   reorganización, para seguir exigiendo una educación pública acorde a las necesidades de las comunidades originarias y los derechos laborales de los docentes.

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 ¿Cómo fue que se dio su nombramiento?

—Fue una sorpresa, porque mi nombre no figuraba en ninguna de las fases del Precongreso; sin embargo, los compañeros depositaron su confianza en mí, porque vengo de las bases. 

[La elección] del CES actual se rige por usos y costumbres que caracterizan a la Sección 22 y ésta se dio por distintas fases: delegacional, sectorial, regional y estatal. Fue importante el análisis y conocer los retos que enfrenta la sección.

¿Hubo resistencias a este nombramiento?

—Más que resistencia de las delegaciones de los compañeros, se trataba de confiar en alguien a quien no conocen, porque no había figurado en espacios políticos sindicales.

El proceso ayudó a conocerme: tras mis participaciones en las fases, los delegados fueron acercándose y respaldándome. Poco a poco fui ganándome su confianza.

¿Qué significa ser “representante de la base”?

—Soy una de las miles que conformamos la Sección 22; soy aquella que sale de una escuela, de una comunidad, como cualquier otro compañero que nos encontramos desde el frente de las aulas.

Cuando mis compañeros describen que soy de la base se refieren a que somos la fuerza del movimiento magisterial, quienes tenemos la firme esperanza de que nuestro movimiento magisterial pueda ser auténticamente democrático.

¿Qué significa su llegada a la dirección sindical?

—En principio es una gran responsabilidad. Como mujer, ahora tengo la voz de aquellas que siempre hemos estado desde los inicios de la lucha magisterial y popular.

La encomienda es un gran reto, tal vez doble, porque finalmente tenemos como mujeres una presión social, tenemos muchísimos roles: ser mujer, maestra, madre, hermana, esposa. Y [al mismo tiempo]  estar al frente y sacar adelante este gran movimiento, que por ciertas circunstancias ha estado en declive. Ahora tengo esta doble responsabilidad.

¿En qué condiciones recibió  la Sección 22?

—A mi llegada veo mucha esperanza de las partes. Si bien en los últimos años hubo cierta decadencia desde la dirigencia, que de paso afectó a la base magisterial, hoy veo esperanza con la integración del nuevo CES.

Estamos en la etapa de reorganizarnos como Sección 22 y, por supuesto, no bajamos la guardia y seguimos en exigencia para que se respeten los derechos laborales; seremos vigilantes del cumplimiento de nuestras demandas más sentidas, no sólo del movimiento, sino también del pueblo.

 ¿Cuáles son los nuevos retos que enfrenta el CES?

—Creo que entre los retos más importantes está recuperar la confianza no sólo de  los maestros oaxaqueños, sino también de las madres y padres de familia y de la sociedad en general.

A este nuevo comité ejecutivo le corresponde organizar y dignificar al movimiento magisterial. Estoy segura de que con el respaldo de la base desde la marcha del 1 y el 6 de diciembre, y así como con el encuentro con el nuevo gobierno de Oaxaca, vamos a lograr esa reorganización y vamos a levantar a esta Sección 22.

Será un trabajo muy complicado, de mucha responsabilidad y mucho compromiso, porque, como lo he externado, vengo a servir y no a servirme. Lo digo con toda claridad, porque pertenezco a una comunidad originaria donde damos servicios a la comunidad y bajo esta convicción y principio estoy asumiendo esta comisión.

¿Cuál es su postura ante el llamado al diálogo del gobernador Jara?

—La Sección 22 siempre tendrá por convicción anteponer los derechos a una educación pública y los laborales de los maestros, pero siempre ponderando el diálogo.

No obstante, por las experiencias con los gobiernos anteriores hemos sido claros en ratificar y reorganizar el principio táctico y estratégico de lucha. 

Esperamos que esta relación sea en un ambiente de respeto mutuo, tanto de la Sección 22 como del nuevo gobierno.

¿Qué políticas públicas están proponiendo?

—Siempre estaremos en la exigencia de una educación pública. Oaxaca es un estado cultural y por ello exigimos el reconocimiento y la inclusión del PTEO en la ley estatal de educación.

Este plan de educación recupera la cosmovisión, la lengua, la forma de vida y los saberes comunitarios y populares de las comunidades.

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