Escuelita del cacao, cultivan en niños de la Mixteca y la Sierra Sur amor por la semilla de Oaxaca
Por su importancia cultural, chocolateros crean un espacio e imparten talleres para acercar a pequeños a su siembra y conservación; la meta es que ambas regiones sean reconocidas como productoras
Juxtlahuaca.— Son cerca de 50 estudiantes, entre niños y jóvenes, los que asisten a la Escuelita del Cacao en varias comunidades del distrito de Putla de Guerrero, en la Sierra Sur, y de Santa María Yucuhiti, de la región Mixteca.
El proyecto inició desde diciembre del año pasado, cuando niños y niñas de las comunidades de Concepción de Progreso, Guadalupe Nuevo Tenochtitlán, San Juan Teponaztla, Santiago Yosotiche, San Pedro Siniyuvi, Guadalupe Miramar y San Sebastián Nopalera comenzaron a acercarse al cacao, luego de ser seleccionados en una convocatoria que hizo la chocolatería Oaxacanita.
“Creamos la escuelita donde tratamos de reforzar la unión comunitaria y la producción del cacao, no sólo para la industria, sino como identidad de la región”, cuenta a EL UNIVERSAL Germán Santillán, fundador y director general de la empresa Oaxacanita Chocolate.
México es uno de los países precursores del cacao que se cultiva en el mundo con una producción de aproximadamente 29 mil toneladas al año, con al menos 40 mil productores, de los cuales 90% están en Tabasco y 10% en el resto del país, según datos de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader) en 2021.
Fotos: Cortesía
La Sader indica que la producción del cacao la encabeza Tabasco, con 18 mil 858 toneladas anuales; seguido de Chiapas, con 10 mil 282 toneladas, y Guerrero, con 289.
Oaxaca y otros estados producen menos de 1% del cacao en el país. Por ello, una de las metas de la escuelita es que en un futuro las comunidades de la Mixteca y Sierra Sur sean reconocidas como productoras.
¿Cómo funciona?
La Escuelita de Cacao contempla una serie de talleres sobre producción, cuidados y conservación del cacao, en donde a los estudiantes se les facilitan un manual sobre historia, cuidados y producción del fruto, así como una planta de cacao, granos de café y chocolate.
Las aulas son improvisadas en las comunidades participantes, en colaboración con jóvenes que han participado con la chocolatería. En Miramar, por ejemplo, los talleres se llevan a cabo en una tiendita donde hay conexión a internet.
En Concepción del Progreso, las clases se imparten en la taquería de Sergio Sarabia; en San Pedro Siniyuvi, la autoridad comunitaria facilitó el espacio de la presidenta para el taller y así sucesivamente.
“Es un ejercicio comunitario donde se suman las personas que ya han colaborado de alguna manera con la Oaxacanita Chocolate”, expone Santillán.
“Todos caímos de cuenta que los niños son los únicos que van a hacer que este planeta sea más sostenible. Coincidimos que a los niños se les debe dar empoderamiento y acompañamiento”, expresó.
El 24 de marzo pasado inició la segunda etapa de la Escuelita del Cacao, en la que analizan los árboles que fueron entregados en la primera etapa, además de conocer los cuidados que los alumnos les dieron y si las plantas sobrevivieron.
“Después de conocer sus experiencias con sus plantas, vamos a hacer un diagnóstico de las zonas geográficas en donde ellos plantaron sus arbolitos de cacao para ver cuáles pudieran ser las que mejor alberguen en ese espacio”.
En la segunda fase, los estudiantes aprenderán a usar el PH-metro, para distinguir el tipo de suelo y un análisis del cuidado de los árboles en el campo demostrativo en la zona.
“Se les estará dando monitoreo a los alumnos. Después de este taller, ellos serán los que hagan las pruebas y puedan determinar qué suelo es mejor”.
Al final del proyecto elaborarán chocolate con el cacao de la zona, detalla Santillán.
La primera etapa de la Escuelita del Cacao “fue para que los niños conocieran algunos productos locales hechos del campo; además del cacao, que conocieran la cultura”.
El director de la Oaxacanita comparte que el proyecto está sostenido por la Organización de los Estados Americanos (OEA), Inter-American Foundation, Young Americas Business Trust (YABT) y Summits of the Americas Secretariat.
“Estamos tratando de empoderar a una nueva generación de seres humanos que sean capaces de cuidar el medio ambiente de la región, por medio de la concientización del cuidado de la naturaleza y preservación de las prácticas agrícolas ancestrales en zonas rurales y la importancia del cacao en nuestra región”, destaca.
Cacao, cultura de los pueblos nativos
El cacao siempre ha sido una semilla de gran valor para los pueblos de Mesoamérica. En Oaxaca, según el Códice Tonindeye o Nuttall, manuscrito de la cultura de la nación savi, en la región Mixteca, el chocolate se ofreció como bebida en la ceremonia nupcial entre el Señor 8 Venado Garra de Jaguar con 13 Serpientes.
En un estudio hecho por Oaxacanita en las comunidades colindantes de la Mixteca con la Sierra Sur, señalan que antes de la llegada de los españoles, desde Concepción del Progreso hasta Siniyuvi, se decía que había plantíos de cacao, los cuales sobrevivieron a una tala masiva para sembrar cañaverales, para producir azúcar y alcohol.
“Estamos sorprendidos por todas las razones sociales que se dio en la hacienda y de esta opresión de los españoles a los indígenas. Por ello, creemos que a través de este ejercicio de la Escuelita de Cacao podemos rescatar la planta cacaotera en la región que se fue perdiendo a través de los años”, dice motivado Germán Santillán.
Oaxacanita, chocolatería regional
La empresa que impulsa la Escuelita del Cacao es una chocholatería local que comenzó hace siete años en Villa de Tamazulapam del Progreso, en la Mixteca, y donde actualmente elaboran todo su chocolate.
Es una empresa que trabaja en la producción de chocolate artesanal y tradicional, donde están involucradas cocineras tradicionales, artesanos de palma de San Andrés Lagunas y de San Isidro Lagunas, de la Mixteca y productores locales de la Sierra Sur.
Germán Santillán explica que actualmente están involucradas cerca de 30 personas de manera directa; sin embargo, señala, a veces llegan a ser cerca de 100 personas en las temporadas altas, cuando reciben pedidos para regalos corporativos.
“El chocolate es un vehículo donde podemos generar bienestar en la región Mixteca, porque es una de las regiones más pobres de México y con los índices de marginación más altos. Creemos que este tipo de proyectos puede de alguna forma ayudar a generar oportunidades de desarrollo para las familias con las que trabajamos”, concluye el fundador de la Oaxacanita Chocolate.
De acuerdo con el documento Planeación Agrícola Nacional 2017-2030, de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, el consumo de cacao por persona es de 0.5 kilogramos, el cual representa 0.6% del gasto que las familias mexicanas suelen hacer en alimentos, bebidas y tabaco.
