Lo anterior lo dice en entrevista con EL UNIVERSAL, luego de darse a conocer la situación de emergencia que vive San Juan del Río, una comunidad de Santiago Choápam, en la Cuenca del Papaloapan que enfrenta un brote de más de 400 contagios, 13 muertos y 14 hospitalizados, tras la celebración de un baile popular en honor al Divino Niño Jesús.
Todo esto, dice, se complica aún más por la insistencia de las comunidades de realizar fiestas patronales, que desatan un efecto de cadena en los contagios.
“Nos está costando trabajo controlarlo, en vez de planear cómo salir, tenemos que estar ubicando qué comunidades están haciendo fiestas para prepararnos, y que dentro de 15 o 20 días se refuerce el trabajo de unidades médicas, como la toma de muestras”.
Ante ello, la dependencia a su cargo ha decidido señalar directamente a aquellas poblaciones en las que se acercan nuevas festividades, para exhortarlas a que no se realicen. Primero lo hicieron con las comunidades donde se celebra a la Virgen de la Candelaria y ahora repitieron el ejercicio con aquellas que preparan festejos para el día del amor y la amistad, el 14 de febrero, como Cacahuatlán, Mazatlán Villa de Flores, en la Cañada, y Tamazulápam del Espíritu Santo, en la Sierra Norte.
En ambas ocasiones advirtieron si tenían contagios activos o si habían reportado muertes.
El secretario de Salud señala que lo que buscan es ser transparentes y que la gente tome conciencia de las consecuencias de este tipo de eventos.
“Nos hacen más caso cuando lo ven cercano, cuando dicen esa es mi comunidad. Queremos hacer notar que se ve de manera impactante el control de los casos cuando nos ayudan, por eso nos adelantamos con estos llamados. Si 100% de la población usara el cubrebocas cuatro semanas, habría una reducción de 80% de los casos”, dice el funcionario.
“Es romper con el efecto en cadena, no pasar de una vela fácil de apagar, a tener una mesa llena que se está incendiando”, finaliza.