Romeo Piñon Pérez es un médico de profesión del Barrio de San Sebastián en Santo Domingo Tehuantepec, desde hace tres años se dedica a la producción de cempasúchil, cresta de gallo, flor de olote, comenzó de la mano de la pandemia por lo que utilizó las redes sociales para ofertar sus flores; fue tanto su aceptación que ofreció a las familias acudir personalmente a su terreno y cortar las flores para vivir la experiencia.

Con relación a la venta de la producción, dijo que muchos productores de San Blas Atempa y Tehuantepec tienen como mercado las poblaciones de Juchitán, Tehuantepec, Salina Cruz, donde ofertan a través de revendedores o directa, aunque consideró que lo ideal es que los ciudadanos lo adquieran con los productores.
El costo varía dependiendo de la demanda, los racimos arrancan de 25 a 30 pesos, los tercios hasta por 150 pesos que irá aumentando conforme se acerquen los días principales de celebración.

En un año la producción de una hectárea de flor de cempasúchil aumentó al doble, debido a la carestía y la crisis, en el 2021 invirtió 10 mil pesos ahora 20 mil, por lo que es lógico el aumento durante las ventas para lograr un margen de ganancia, pues el cultivo durante tres meses es pesado.
El productor dijo que aún cuando ya se comercializan en la región las flores de cempasúchil modificadas genéticamente y vendidas en macetas procedentes de Puebla, éstos no representan gran competencia, pues la tradición se mantiene en los mercados locales.