Carlos, nombre usado para proteger su identidad, ingresó al hospital hace cinco días por una fractura que forzosamente requiere una operación, y aún continúa sobre una camilla colocada en uno de los pasillos.
Su esposa afirma que la única opción es que lo trasladen a un hospital privado, pero sólo la cirugía costaría más de 85 mil pesos; además, el personal médico y hospitalario le advierten que su salida conlleva riesgos porque cualquier movimiento puede agravar su salud y, en caso de salir, sería con la firma de un acta de salida voluntaria. Tampoco hay medicamentos, algunos de ellos los tiene que comprar. Sobre el personal médico y de enfermería, dice, no tiene quejas.
“No están haciendo nada de cirugías. Nosotros no podemos rechazarlos, porque este es un hospital de cero rechazo. Entonces permanecen los pacientes en los pasillos, a algunos les han dicho que no hay cirujanos y que vean la forma de conseguir un médico especialista de columna.
“El día de ayer, por ejemplo, se fueron cuatro pacientes con acta voluntaria porque ya no había camillas. Este es el área de Valoración Crítica y es importante porque aquí se ingresan a Urgencias, se hacen estudios, se valoran y ya de ahí algunos van a cirugía. Faltan medicamentos, material de curación, no tenemos ni vendas, ni agua.
"El día primero de enero se llevaron los dispensadores de agua, nos dijeron que la empresa venía a recoger todo porque no le habían pagado. No tenemos colchones”, explica Victoria Vásquez, jefa del área de Valoración Crítica.
“Si no surten el gas, el diésel y el agua, no habrá comida tampoco para los pacientes”, señala la nutrióloga Marisol Ojeda, jefa del área de cocina del hospital.
En el área de mantenimiento carecen de los materiales para atender o arreglar los daños en las diferentes áreas y los trabajadores advierten que el diésel ya está en un 10% de abasto, que sólo alcanza para dos días.
Estos insumos también son esenciales para lavandería y para los laboratorios, con el fin de desinfectar las sábanas, batas de los pacientes y para desinfectar el instrumental médico; entre otras necesidades de los que carece el hospital, como medicamentos fundamentales para la realización de cirugías y atender a mujeres embarazadas.
“Si una paciente llega con una hemorragia obstétrica o un paciente con un shock hipovolémico, necesitamos tener el laboratorio y no tenemos reactivos. No tenemos ni un solo reactivo en el hospital para manejar un paciente y ese es un problema legal para el trabajador, pero que lo que está generando la institución”.
La líder sindical confirma que carecen de agua potable y que algunos de los materiales que están entregando al hospital son de mala calidad.
Y advierte que esto pone en riesgo la salud de los pacientes. Además, este hospital es el más importante y grande del estado. Sólo entre junio y noviembre de 2024 realizaron mil 541 partos, en promedio 308 partos por mes, y en ese mismo periodo realizaron mil 628 cirugías, en promedio 325 cirugías.
“Consideramos que el IMSS-Bienestar no está funcionando, eso es algo evidente… al IMSS-Bienestar le tocan ciertas responsabilidades y no las está cumpliendo, unas de esas son el gas y el agua. Yo creo que es una mala planeación desde que implementaron un programa (IMSS-Bienestar) encima de otro programa (los Servicios de Salud), entonces, no se puede trabajar así”.