Los disparos surgieron sin previo aviso: las ráfagas provenían de un batallón escondido entre el humo y el gas pimienta del que también surgían aerosoles en forma de granada. Él estaba al frente cuando una bala le atravesó la rodilla.
Las fuerzas policiales estatales y federales barrieron la protesta con gases lacrimógenos y fuego. Iván vio cuando entraron a las casas de la colonia Loma de la Era buscando normalistas y cuando llegaron al panteón para secuestrar a familias inocentes que enterraban a sus muertos.
Pensó que ese día iba a morir; no obstante, sus compañeros lo recogieron del piso mientras seguía la refriega y él se desangraba. Iván dice que escuchó el zumbido de la bala rompiendo el aire y sintió el calor del proyectil atravesando su cuerpo. Cayó al piso y vio expuesto su cartílago.
Los policías federales rodearon las barricadas y persiguieron a los maestros por varias avenidas. Los compañeros de Iván lo trasladaron en un taxi a un Centro de Salud comunitario, pero los doctores, rebasados por el número de heridos, apenas podían controlar la hemorragia. Iván tuvo que esperar siete horas con dolor y fiebre para ser atendido; sus compañeros le dijeron que la policía estatal bloqueó los accesos a otros hospitales donde podían hacerle una cirugía.
“Mi esposa me llamó preocupada para decirme que le dijeron otras esposas de compañeros que había habido disparos, que la policía se estaba llevando a los maestros en camionetas, ‘salte de ahí, por favor’, me dijo; fue muy difícil confesarle que estaba herido en el hospital y no podían operarme, que tenía un balazo en la rodilla”, relata.
“En las ciudades menosprecian el trabajo de los pueblos, pero el maestro rural es una figura todavía muy importante, además de dar clases es un gestor, muchos de los maestros egresados de las normales solo tuvimos está única opción, era ser maestro o nada, y muchos no queriendo le agarramos amor al trabajo, cariño a los niños, al darnos cuenta que, igual que nosotros las comunidades están olvidadas por el gobierno”.
“Cuando me hirieron tuvo que suplirme otro maestro, nos la pasamos muy mal”, dice Iván, que lleva una faja de forma permanente y cojea levemente cuando camina. Desde que recibió el disparo no ha recibido la reparación del daño.
María Guadalupe lo interrumpe, dice que todavía hace un par de años la policía mandaba hombres sin uniforme a vigilar su casa y había automóviles sin placas en las cuadras donde caminaban. Tuvieron que mudarse varias veces y mandar a sus pequeños a casa de sus padres por largas temporadas.
“Sabía que la causa por la que luchaba mi esposo era justa pero era peligroso; él, yo y muchos de esos maestros, somos maestros rurales que venimos de familias muy pobres, si no fuera por la escuela normalista no habríamos tenido posibilidad de algún futuro, 90% de los normalistas heridos ese día, eran profesores de escuelas de comunidades pobres”.
Los maestros se levantan temprano todos los días a limpiar la cancha que fue pavimentada apenas hace cuatro años con el esfuerzo de los comuneros, que cooperaron con toneladas de cemento, y los albañiles del pueblo, quienes se apuraron a construirla para evitar que los niños hicieran los honores a la bandera en el lodo.
Froylán Carlos Cruz, excomisionado de la Policía Estatal y excomandante de Bases de Operaciones Militares, fue detenido en 2022 por el homicidio de seis civiles en Asunción Nochixtlán.
Iván Escobar, quien también es miembro de la directiva del Comité de Víctimas de Nochixtlán, sostiene que a pesar de esas detenciones es necesario llamar al desalojo por su nombre: “lo que sucedió fue una masacre operada por el Estado y la verdadera reparación del daño es la justicia, que el gobierno deje de encubrir personajes de esferas muy altas y que dejen las trabas y las dilaciones en el proceso legal, porque murieron personas inocentes”.
El 25 de abril pasado, integrantes del Comité de Víctimas por Justicia y Verdad 19 de Junio, acompañados de la Sección 22 de la CNTE, presentaron una iniciativa ciudadana para tipificar las ejecuciones extrajudiciales como delito en el Código Penal del estado de Oaxaca.
“Queremos evitar otros casos como el desalojo fallido de Asunción Nochixtlán, en donde perecieron seis civiles, fueron asesinadas ocho personas y 200 heridas como yo, a los que casi destrozan la vida”, acusa Iván.