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Hugo Aguilar Ortiz, indígena mixteco que presidirá la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) por dos años a partir del 1 de septiembre, asegura que los votos del 1 de junio de la elección judicial fueron los que lo pusieron en este lugar.
En entrevista con EL UNIVERSAL afirma que no habrá una Corte sometida y que conoce las atribuciones y la función del Máximo Tribunal del país. “Llego con entera libertad… No hice compromisos con ningún organismo o partido, y en ese ámbito se realizará con entera libertad y autonomía”, dice.
En la mesa de sala de juntas de su oficina luce la figura de una china oaxaqueña de barro sobre un camino de mesa bordado. El ministro presidente electo dice que la actuación de la actual Corte es pública y conducida a la reforma judicial.
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Precisa que son un hecho notorio la actitud, resoluciones y posición de la Corte; además, llegó al punto de concebirse prácticamente como si fuera una expresión política que se opone a los cambios y no se compromete con la sociedad.
Aguilar Ortiz agrega que la Corte no adquirió una actitud comprometida con los derechos indígenas, un sector que toda la vida ha estado excluido del sistema jurídico.
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¿Qué Corte ofrece?
—Una Corte abierta, comprometida, reflexiva… La función del ministro es crucial en la vida pública. Vamos a ir a las regiones, a dialogar y posicionar temas, ofrecer nuestra visión de justicia, es decir, no sólo se imparte justicia en expedientes, también promoviendo, difundiendo, dialogando, ofreciendo un criterio respecto a una problemática, aunque no esté obligatoria en el tema.
¿Alguna de sus propuestas es sesionar fuera de la ciudad?
—Sí, la propuesta es sesionar en las regiones… Además, los ministros y en lo personal los fines de semana voy a salir a territorio para dialogar. La función de los ministros debería ser salir con la sociedad, ¿o tendría que sentarme a esperar que lleguen los casos? Creo que esa actitud se asume hasta ahora, una actitud menos activa, de espera, y después una actitud cerrada.
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Hace unos días la ministra Loretta Ortiz Ahlf señaló que portarán la toga, ¿en su caso tendrá un distintivo en referencia a los pueblos indígenas?
—Ese tema de la toga se ha tergiversado… La Corte debe estar comprometida en ser un espacio que refleje la pluriculturalidad del país… Voy a mostrar en la Corte que hay un indígena, voy a mostrar con orgullo que el pensamiento, la filosofía y los símbolos de los pueblos indígenas van a estar ahí presentes en la impartición de justicia. Los pueblos me van a entregar un bastón de mando.
¿En qué consiste el distintivo?
—Digamos bordados, diseños que tienen los pueblos e implican solemnidad. Son trajes que se utilizan en las bodas, fiestas, no es el traje del día… Los distintivos indígenas van a estar en la Corte, la imagen del pueblo va a estar en la Corte, vamos a marcar esa diferencia.
¿Los ministros que llegan a la Corte y que aparecieron en los acordeones tienen legitimidad?
—En mi caso los votos que obtuve fueron del trabajo que realicé, no podría atribuir que los votos que tengo fueron por los acordeones. Revisé los resultados y creo que si hubiera sido producto de algo manipulado todos hubiéramos tenido la misma cantidad de votos.
¿Qué opinan de que determinados grupos repartían acordeones para inducir el voto?
—Nosotros no hicimos un reparto de acordeones... Tengo bastantes quejas sobre esto y he estado respondiendo que no mandé a confeccionar, no mandé a repartir, no me vi involucrado en este tipo de actividades. No fue parte ni estrategia de la campaña.
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¿Cuáles serán sus prioridades?
—Combate a la corrupción, el nepotismo, la deshonestidad y la tolerancia cero a ello. Los prioritarios también es que el día 1 de septiembre se abre la puerta principal de la Corte, que el día 2 tengamos funcionarios recibiendo a la gente.
¿Qué hizo diferente Hugo Aguilar para obtener tantos votos?
—El planteamiento que traemos se inscribe dentro de lo que se conoce como la justicia social y este país tiene una gran deuda con las clases en situación de vulnerabilidad, con las clases excluidas, y ese es el ofrecimiento que hicimos y fue el motor de la participación. En el caso de los pueblos indígenas es evidente que estaban excluidos.
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Muchos mexicanos no lo conocieron, hay quienes dicen que le debe su cargo a la 4T. ¿Le debe a alguien su asiento en la Corte?
—Siento que es una descalificación por mi propia condición. Es inimaginable para la ciudadanía mexicana que un indígena llegue a ser ministro, entonces despierta todas las sospechas del mundo de que alguien financió la campaña, que alguien me puso, que la 4T me ayudó. Todas las hipótesis son válidas porque parten de la descalificación… Es absolutamente falso.
¿Tiene miedo a resultar destituido por no apresurarse con sus resoluciones?
—Temor no tengo, soy un hombre de trabajo… A partir de septiembre nuestras resoluciones hablarán y si hay un tema crucial para la República que requiera de más tiempo estoy seguro de que la ciudadanía lo va a entender… Vamos a encontrar los mecanismos para resolver todo bien y a tiempo.
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¿Vislumbra un escenario cuesta arriba al ser el primer presidente de una Corte con un nuevo sistema judicial?
—Siempre va a ser cuesta arriba para un indígena, así ha sido toda mi vida, estoy acostumbrado a la descalificación, a los retos… Es un incentivo que tengo que mostrar a los pueblos, a los que descalifican y al país, que hay capacidad, compromiso para sacar adelante un nuevo enfoque de justicia.
¿Es buena medida quitar el funcionamiento de las salas?
—Sí, en las salas había muchos vicios, las sesiones no eran públicas, hacían muchos arreglos que ahora fueron exhibidos en los últimos días por una ministra; entonces, el pleno va a sesionar de manera pública.
¿Cómo se realizarán las sesiones?
—Las sesiones van a ser públicas, van a poder ingresar: obvio que ahí está la limitante de cuánta gente puede entrar. La sala de sesiones, hasta donde tengo conocimiento, tiene una capacidad de entre 60 a 80 personas, esa es la única limitante, y además se va hacer público a través de los medios. Esto va a continuar y vamos a fortalecerlo.
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Entre sus propuestas, habló de visitas in situ, ¿cree que sean posibles sin poner en riesgo al personal o la imparcialidad?
—Sí se puede, ¿cuánto se puede gastar en una visita a una comunidad?, vamos por tierra, no vamos a llevar la parafernalia que se usa. Estimo que no va a ser cara la medida.