El anunció tomó por sorpresa al personal de salud de labora en este hospital oaxaqueño, pues hasta el momento nadie les ha informado de la transición y por ello no cuentan con información clara de lo que sigue y tampoco tienen la certeza de que se respetarán sus plazas y sus prestaciones laborales, como asegura el decreto, pues nadie se los ha confirmado.
Omar José Pérez, secretario técnico del Comité Ejecutivo 96 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Secretaría de Salud, explica en entrevista que aunque existían sospechas de que este hospital de especialidad también migraría al nuevo organismo, nadie se los notificó.
“Ha habido mucho hermetismo de parte de las autoridades federales, nunca hubo un anuncio oficial. Fue hasta el decreto que nos enteramos, hay muy poca información”, narra.
Según datos oficiales, de los 800 empleados con base que laboran en este hospital, 359 son personal de enfermería y 150 son médicos, el resto son paramédicos, técnicos, químicos, etcétera. A ellos se suman 80 personas de enfermería, otros 15 médicos y 25 técnicos más, quienes no cuentan con plaza y son trabajadores eventuales, es decir con contratos temporales.
El representante sindical dice que ante la noticia, las dudas han comenzado a circular entre los trabajadores, quienes preguntan si se conservarán prestaciones y antigüedad o si habrá un recorte de plazas, cuestionamientos que no hay forma de contestar.

“Nosotros estamos en alerta como bases trabajadora ante cualquier escenario en el que las autoridades federales llegarán a violentar nuestros derechos laborales”, advierte.
Según el decreto, para iniciar la transición al IMSS- Bienestar, deben publicarse los lineamientos en un periodo máximo de 30 días, y en total el traspaso al nuevo organismo tendrá que concretarse en 90.
Será hasta que se publiquen dichos lineamientos, explica el dirigente sindical, cuando tengan claridad de lo que pasará con sus plazas pues explica que estas son federales y hasta el miércoles pertenecían a la Secretaría de Salud federal.
“Nosotros somos plazas federales, el presupuesto ya viene etiquetado directamente de la federación para salarios y hasta ahora lo administraba la Secretaría de Salud, lo que pretende ahora el IMSS-Bienestar es manejar ellos la nómina de la base trabajadora, por lo que estamos en alerta ante la falta de información”, dice.
El anuncio de la transferencia del HRAE al IMSS-Bienestar se da justamente cuando el hospital vive un desabasto generalizado de medicamentos, una estructura insuficiente para atender a los pacientes que los obliga a rechazar a muchos que vienen referidos de unidades de segundo nivel o a esperar días hasta que una de las 120 camas esté disponible, por lo que el personal de salud reconoce que están rebasados.
La mayoría de ellos no tenían idea que ahora esté hospital pasará a formar parte del IMSS, así que esperan que la transferencia sea positiva, que no se pierda la calidad de la atención y que se cumpla con la promesa presidencial de que nadie pague por medicamentos.
"Ya no se puede con los costos, no sabemos qué vaya a pasar, esperemos que sea para ayuda para nosotros. He escuchado en la radio a Obrador que dice que ya no se van a pagar medicamentos, que todo va a ser gratuito, ojalá y así sea”, dic una mujer cuyo paciente lleva tres semanas internado.

Omar José Pérez, quien además de líder sindical es técnico radiólogo, reconoce que son las familias las que costean los medicamentos y explica que esto se debe a que la federación no los envía debido a la compra consolidad que hace la Secretaría de Hacienda que impide que se cumpla la gratuidad prometida.
Además, explica que el hospital no ha crecido en infraestructura desde hace 16 años que nació, por lo que es más pequeño de de los siete regionales de Alta Especialidad del país.
“Estamos rebasados ante la necesidad de la población oaxaqueña. Al día de hoy la demanda es enorme y se tienen que rechazar pacientes porque no hay camas”, finaliza.